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sábado, 19 de noviembre de 2016

PESA EL DESORDEN

Mi profesor de matemáticas de niño. alias El Topo, es un amigo de mi abuelo que ahora tenía un bar y me quería invitar a algo cuando me viera y hablar de mi abuelo, al parecer habían tenido en el pasado muy buena relación. Yo trabajo en una tienda de bocadillos a las ordenes de una anciana que me tiene predilección, esa señora es muy buena pero algo extraña y muy menuda y con mucha fuerza. Estoy en Madrid y en el autobús voy viendo las calles que conducen a mi trabajo, antes he tenido un trabajo que consistía en guardar unas monedas de oro de una colección y empiezo a trabajar con esa colección de una plana o dos de monedas de oro de mucho valor, pero no me gusta ese trabajo y prefiero el de los bocadillos. Ese trabajo lo consigo porque despiden al chico que estaba trabajando antes, un treintañero delgado y con barba que era un pieza. Sigo estudiando en la universidad pero se me hace muy cuesta arriba, me quedan muchos cursos por delante y entonces me doy cuenta de que me he pasado la vida estudiando y que quiero cambiar, pero tampoco el trabajo en la tienda de bocadillos de gusta mucho así que me pongo en dirección al bar de mi antiguo profesor de matemáticas para que me cuente cosas sobre mi abuelo, Madrid es muy grande pero sé que no me voy a perder por el camino.

Los recuerdos son muy confusos, estoy en un pueblo del sur de España y hay cómo una terraza blanca con bares en una especie de cosntrucción de segundo piso, no sé qué estoy haciendo allí, he llegado solo, me siento algo triste por algo y esa construcción me anima. Este recuerdo viene enlazado con un bar de Marbella por la mañana en el que estoy probando mis viejas tarjetas de móvil, pongo una en el móvil y se me borran todos los datos, era una tarjeta que había dejado a un amigo, no entiendo por qué se me borran todos los datos, no le encuentro explicación alguna y además se escucha cómo un zumbido, cómo si se hubiera quemado algo. Tengo dos móviles viejos y varias tarjetas de móvil, de distintas compañías. Era una etapa de mi vida en la que quería hacer algunos negocios y tener una vida social más amplia, pero no estoy bien. Tomo un par de cervezas en aquel bar y recuerdo que son las once de la mañana y que he llegado muy temprano, despertándome pronto para hacer compras de tarjetas de móvil. Recuerdo una tienda de Marbella decorada en azul donde compro las tarjetas. Un día muy extraño, no comprendo lo que pasa con las tarjetas de mis móviles. Me como la cabeza, me imagino cosas...me toca un poco la moral el tema de los móviles y llevo al menos dos conmigo. Sería eso en el año 2011 o 2012. Me encuentro en una etapa de rebeldía. Luego lo enlazo con la energía de una amiga madrileña viniéndome a vistar por la noche, sentir la energía de esa amiga madrileña cómo si estuviera presente conmigo y darme cuenta que ella era una persona muy elevada, casi cómo una diosa. Una sensación mística. Recuerdo aquellas vacaciones en Marbella en que me despertaba a las siete de la mañana y me acostaba a las nueve y media de la noche. Me despertaba para escribir artículos para una empresa de posicionamiento web y también para mis blogs y entonces tenía toda la mañana para mi y cuando me iba en autobús hasta Marbella pueblo aprovechaba bien el día, antes de las nueve de la mañana ya me encontraba allí. Esa etapa en la que aproveché la luz del día, los amaneceres, y no salía por la noche y me acostaba muy pronto. En esos días estuve en algún sitio de un pueblo del sur de España, no recuerdo donde, y había en mi una gran sensación de tristeza y el blanco de las paredes me animaba, antes de que empezara a picar el sol. Ir de aquí para allá en autobuses, haciendo turismo, y sin embargo no estar bien. Pretendía ser un hombre de negocios y salió mal, pero no recuerdo bien mis proyectos. Sé que quería estar bien de dinero, pero no me movía a todo eso un anhelo material. Simplemente quería cambiar. Experiencias de autoconocimiento. Luego estoy en mi casa de Isabel la Católica y veo el río muy crecido, veo el río saliéndose de sus lindes y arrastrando gran cantidad de tierras y malezas. Había una mujer que era cómo la dama de picas, una mujer representada por la dama de picas y había otra mujer que era representada por otra carta y yo sabía que era así pero sin haber consultado ninguna baraja, lo sabía por intuición. Ellas me daban un trato agradable y con una tenía cierto asunto...¿Confiaba en ellas? Tanto cómo ellas en mi. Pero todo ello vivido sin esfuerzo. Ya la vida fluía.

La pequeña felicidad de beberse una cerveza luego se trastocó, había ocurrido un desastre en el mundo y dormíamos en polideportivos, en colchones, sobre ellos, en sacos de dormir. Yo paseaba por aquel mundo destruído y me encontraba a gusto sin embargo, la vecindad de la gente era agradable, te sentías contento de haber sobrevivido y no sabes bien cuando sucedió eso pero ya pasó otra vez cuando las pistas de tenis del Parqueantena se llenaron de heridos por el tsunami o el terremoto, eso ya había pasado una vez pero ahora era distinto, ahora estabas contento de haber sobrevivido...pero había una sensación de hermandad que era sobrenatural, estábamos todos de alguna manera bendecidos y aunque habíamos perdido todos nuestras posesiones materiales, teníamos la vida y la salud. No recuerdo cuando sucedió eso, pero ya es el pasado. Todo estaba muy organizado, no había caos.

En fin, que había por qué dar las gracias.

Luego todos volvimos a vivir en casas y yo tenía la mía en un barrio muy austero, con cojines rojos y sofases naranjas, un barrio un poco canalla donde a veces se escuchaban truenos. Me gustaba pensar que mi vida tenía cero fallos, yo había cambiado mogollón y hacía todas mis tareas a ordenador y me llevaba el trabajo a casa, me había vuelto mucho más sano y mucho más silencioso pero de todas partes me quería ir, me recuerda esa etapa de mi vida a la primera que viví junto al agua, en medio de desayunos con huevos pasados por agua y sastres y modistas a mi servicio. La vida junto al agua con huevos pasados por agua en la que todos éramos ricos en España. Me tomaba sólo una cerveza y...¡hasta el jueves!
Tenía cuidado con la nieve.
Me gustaba comer pasta, los macarrones.
Me dispersaba por todas partes y descansaba mucho y bien, era de carácter y trato agradable...¡Cuántas personas habré sido yo en esta vida! ¿Os resulta etraño? Yo siempre he tenido dos estrellas y una era buena.
La vecina tejía entre horas una bandera polaca.
Yo me acercaba a rezar a la iglesia.
Así estuve un año, no lo recuerdo al detalle.

Sigo sin poder escribir nada del poema EL EXTRAÑO QUE HACE LAS COSAS, sólo he podido escribir el primer verso que dice: "Bajo un sueño circular..." y ya no he podido escribir nada más. Sin embargo EL EXTRAÑO QUE HACE LAS COSAS sé que tiene que ser un buen poema, lo que pasa es que no me sale. En un cuaderno de rayas y con un lapicero lo estoy escribiendo. Debo aplicarme más.

Ya voy guardando todo lo que escribo en una USB por si desparece internet un día o nos quedamos sin electricidad y lo que escriba lo iré imprimiendo. Mi última novela, que es la cuarta que escribo, ya se parece más a una novela. A este paso escribiré algo muy bueno con 50 o 52 años, cómo Cervantes.

De mi trabajo sobre los poetas de Palencia me impresionó que una ciudad de 50.000 o 150.000 personas hubiera más de 3000 poetas. Si Palencia tiene 3000 poetas, Salamaca tiene 20.000 y en España puede haber en torno al medio millón de poetas o más...¿Tiene mérito ser poeta? Realmente no mucho. Con las nuevas tecnologías escribir se ha vuelto muy sencillo y hacer una poesía simple del tipo prosa poética también es sencillo y poco trabajoso. Realmente no tiene mucho mérito ser poeta, lo que tiene mérito es escribir un poema que sea realmente bueno. Eso siempre lo he sabido y por eso me he puesto manos a la obra. Hay mucho talento en España, a veces pienso que demasiado y que es un signo de que no estamos haciendo las cosas bien. Que la gente tire hacia sus mundos internos y fantásticos en vez de arrimar el hombro es una especie de aislamiento y de no querer participar en las cosas de este mundo a no ser cómo simple espectador, la poesía se opone a la acción, el pensamiento se opone al acto y el hecho de escribir ya no es una estrategia combativa. A parte están los temas de la soberbia y el engreimiento y la falta total de humildad y encima de todo ello la excusa perfecta para llevar una vida bohemia, trabajar lo menos posible y escapar de la realidad gris y sofocante de las ciudades de provincias. Estar en la mente y dentro de la mente estar en mundos ilusorios creados que luego se pueden compartir. Elusión de responsabilidades en suma y una completa y total falta de madurez. Así es el poeta hoy, cómo el eterno adolescente...¿Por qué hay tantos poetas en España? Porque se ha convertido en una forma de no estar en el mundo. Añade a la receta alcohol y drogas y tendrás de alguna forma una vida feliz...y si puedes sazona todo ésto con compañeros literatos de farra y francachela y una vida desapegada de los bienes materiales a los que nunca podrías acceder y el juego de la mente ya está hecho, y te ves atrapado.

No sabemos escribir ya poemas y eso es lo que pasa, el poeta ahora realmente no sabe escribir poemas y se dedica a hacer otra cosa. Arrima palabras a palabras pero no hay ni un gramo de poesía en su lenguaje, se ha perdido la sensibilidad, el sentido y el gusto poético--recordad al maestro Luis Cernuda--y en su lugar ha quedado una fría técnica y ruido de cosas y a veces grito y otras miseria humana y las más de las veces malos sentimientos que se intentan pasar por pasión y también hay cólera y nueces y frutos amargos, nueces que quieren ser cascadas y aguas revueltas y turbias emponzonañdas a propósito para hacernos los importantes y los misteriosos. Muchos humos de genio y rebeldía de revista adolescente.

Gente muy buena escribiendo, gente de toda Suramérica, de Centroamérica, de Méjico...Internet está plagado de gente muy artista que escribe muy bien, y eso si sólo buscas en español. En todos los idiomas es lo mismo: gente muy buena escribiendo. Todos nos hemos convertido en creadores y en genios gracias a las nuevas tecnologías, no hay basura, todo es bueno más o menos comercial, más o menos con melodía. Subidón de emociones, pasión. Los travesaños del miedo también, la poesía de la oscuridad y ésto y lo otro, también. La psicodelia, el simbolismo, la caza de palomas...Las ideas que vuelan.

Desde el año 2012, desde el cambio de conciencia, todos nos hemos convertido en genios.



He conseguido por fin escribir dos versos más de mi poema EL EXTRAÑO QUE HACE LAS COSAS y ahora queda así: "Bajo un sueño circular/pruebas extrañas/la inmensa muchedumbre y sus caminos" para ésto llevo casi un mes...¿Qué me está pasando? La inspiración llega muy despacio. La inspiración llega a cuentagotas. La gente tiene otros problemas, cómo por ejemplo pagar el seguro del coche, pero yo cómo no tengo coche no tengo ese problema. Mis problemas son ahora la pérdida de inspiración, la pérdida de talento...¿Por qué e sucede? ¿Me estoy haciendo viejo? ¿He perdido mi viejo toque? ¡No quiero pensar que mis buenos poemas de hace veinte años se debieron a las drogas y al alcohol! ¡No quiero pensarlo pero lo pienso! Y ahora que no tomo drogas y casi no bebo, mis poemas no llegan o si llegan son peores...¿Es necesario un estado alterado de conciencia para escribir algo bueno? De alguna manera así es. Tal vez la meditación sea una solución, incluso el rezo y las oraciones y las preces. Tal vez la mística sea un camino, un camino a explorar para hacer buena poesía. He pensado mucho en ello, pero los sentimientos tienen que ser sinceros. Uno no puede falsearse ni traicionarse a uno mismo. Las viejas estructuras sobre las que construí mi arte ya no sirven, ésto me lleva a una crisis...¿Pero a quién le importa?

Debo trabajar más si quiero escribir un poema tan bueno cómo VISIÓN DE LAS GENTES aquel poema que escribí cuando me bajé de un aeropuerto y volví al suelo, sobre el trance en el que me sumió volar y cómo cambió mi visión del mundo. Sobre aquella experiencia de comprender que los seres humanos somos pulgas sobre el planeta.

Ya he conseguido implementar el nuevo sistema de escritura de poemas, en una libreta de 85 céntimos y con un bolígrafo de tinta-gel de un euro con veinte, he ido anotando los poemas que se me iban ocurriendo al salir por la calle. Tomé dos únicas cervezas durante el día, una en el bar Penicilino y otra en el bar Trocadero, ambos en Pucela, al tiempo que con la inspiración se me ocurrían poemas que iba anotando. Ésto lo he hecho durante años, durante toda mi vida. He salido de bares y en el cómodo confort de un apartado sitio recóndito y acompañado de alguna bebida no extremadamente alcohólica he ido anotando en una libreta los poemas que se me iban ocurriendo para luego trabajarlos mejor. Ese ha sido mi sistema de trabajo durante mucho tiempo. Poemas escritos en los bares que luego se repasaban y se corregían y se ampliaban...¿Podré hacerlo de nuevo aunque más comedidamente?

He creado un nuevo poema que escribiré: PESA EL DESORDEN y he conseguido escribir 8 versos más de mi poema EL EXTRAÑO QUE HACE LAS COSAS y en un bar escribí EL PODER AHOGA, que si no es bueno tampoco es malo y que a lo mejor cambiando un poco el título y añadiendo más substancia pueda convertirse en algo muy potable.

Es decir, estoy trabajando. Es cierto que lleno con trabajo el espacio que deja la inspiración, pero estoy trabajando. Y si viene la inspiración entonces que me pille trabajando.





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