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viernes, 14 de abril de 2017

ÚLTIMA PERCEPCIÓN DEL MUNDO

La misiva en letras redondas, escrita por una mujer, en sus manos mientras descansaba la vista del tráfico mirando hacia los árboles. Antes la llamada a su novia que aún conservaba su viejo teléfono. Entre estos dos relatos en el tiempo se escondía un parque, el parque estaba cerca de una carretera de doble vía, mirando el verdor de los árboles en el frío día de noviembre se eludía del murmullo del tráfico. Su cara era muy delgada ya, su cuerpo también. Había estado enfermando, había estado rejuveneciendo también. Enfermando y rejuveneciendo al mismo tiempo. Unas últimas fotos que le tomaron, con el cuerpo fibroso embutido en un suéter a rayas naranjas que antes fueron de un rojo desteñido, le habían llevado a recordarse cómo el delincuente que nunca había sido, cómo el delincuente que nunca había llegado a ser. Tres mujeres en su vida y dos en su pasado y de las dos había recibido noticias y la constante quería olvidarlo ya, pasar página, hacer su camino. El hombre sabía que pronto se iba a quedar solo, sin novia, sin mujeres del pasado, sin mujeres en su vida. Al tiempo que lo sentía así estaba enfermando, pero también estaba muy delgado ya, rejuveneciendo. Había adelgazado veinte quilos y retrocedido en el tiempo diez años. La mente bullía de pensamientos oscuros, mucha actividad cerebral, encefalograma con agudos. Ahora en el parque rompía la misiva y hacía el equipaje ficticiamente hacia una nueva vida, no quería que nadie pudiera leer esa misiva llena de reproches y sin embargo escrita por una mujer enamorada que esperaba más de él, que esperaba que cambiase, que creía que iba a casarse con un gurú. Sí, él había sido su gurú, durante mucho tiempo, en una estancia en soledad, en un piso sucio y destartalado de suelos sin fregar. También había sido abandonado anteriormente y ahora tenía noticias de las dos mujeres de su pasado que habían prescindido de él, mientras que la mujer de su presente iba a abandonarlo pronto también. Corría el año 2011 y las primaveras árabes estaban copando los anuncios televisivos con fantasmas del miedo, mañana encontraría una nueva amiga pero no lo sabía, mañana conocería a alguien que le haría cambiar para ser con el tiempo el mismo de nuevo, el mismo de siempre. Él era un hombre que no tenía remedio, corría el año 2011. Siempre había mujeres en su vida, las mujeres le encontraban atractivo, interesante.
¿Si los pobres no creen en Dios qué les queda? ¿Si la gente no tiene fe ni esperanza ni caridad, qué le queda? Acudir a grupos marianos porque en los grupos marianos siempre hay gente con muchísimo dinero, acudir a grupos marianos para progresar, para prosperar, para medrar...¿Esa es la fe que tenemos en la Virgen María? Una religión para los pobres, pero en otros países el catolicismo es una religión de ricos, de gente poderosa. Eso es lo que él no quería que pasase y no le preocupaba haber sido abandonado por amigas, novias y amantes, le preocupaba que en el mundo no hubiera fe. Le preocupaba que la gente ya no creyera en Dios. Le preocupaba que la gente se hiciera de grupos religiosos católicos para medrar en sociedad y para tener una tupida red de importantes contactos. Le preocupaba que la gente no tuviera una trascendencia. Sí, él se había hecho más religioso y más espiritual, pero creía en un Dios de los pobres y para los pobres, creía en un Dios que estaba con los que menos tenían. Pero la gente que menos tenía no quería creer ya en Dios, Jesucristo se había convertido en una figura elitista y de elitistas. él se revelaba contra todo eso, no le importaba haber sido despreciado por las mujeres, le importaba lo que Dios pudiera pensar o creer de él, le importaba su relación con Dios. Una renovación en la Iglesia Católica, eso es lo que quería. Una Iglesia más cristiana y de menos mundanalidad. Una Iglesia Católica sin secretos y para todo el mundo. No quería gente con chaqueta y corbata en misa presumiendo de riquezas, no quería que las mujeres se pusieran sus mejores joyas y sus mejores abrigos de piel para entrar en la iglesia. No quería que Jesucristo fuese el Dios de los ricos y de la gente importante. Quería un Jesucristo de los pobres y de los marginados, pero los pobres y los marginados se había apartado de Dios porque antes les habían apartado de Dios a ellos. él buscaba entonces una renovación espiritual. En eso estaba, en eso se preocupaba.
Mientras tanto sus ojos repasaban las letras redondeadas que había visto hace unos instantes y la misiva que le decía que ella pensaba que él era un gurú y que se iba a casar con él, pero no resultó. De todas formas él sólo había pretendido ser su maestro espiritual pero el techo de su vida se estaba cayendo.
De muy joven había estado a punto de entrar en un seminario, después estuvo yendo a misa por lo menos dos veces por semana hasta que cumplió la edad de veinticinco años, entonces buscó a Dios por otros caminos, por otros derroteros, un Dios Universal, La Información, La Fuente, La Emoción, El Cosmos...y lo buscó con la ayuda de hongos alucinógenos, marihuana y hachís y una vez consumió incluso un poco de LSD, pero en las drogas no estaba Dios, en las drogas lo que existía era mucha distorsión y una realidad metida en la caja de otra, la ilusión de una ilusión dentro de una ilusión y así no poder llegar a ninguna, material para escribir, sí, y quizás buena literatura, pero ninguna capacidad de asombro sumergida en él mismo, todo había sido y era ya cómo un proceso natural.
¿Pero Dios le había buscado a él? Quizás sí, cuando se encontraba a solas, quizás sólo quería hablar un momento con él, pero su ego no le dejaba escucharle, un dios pequeño dentro del corazón para ideas pequeñas y mentes pequeñas, un dios con minúscula que todos tuvimos la oportunidad de conocer, el dios de las cosas sencillas que nos escucha siempre y que es una voluntad dorada cómo un sol y brillante en lo mejor de nosotros mismos, sin temor, para darnos una oportunidad y llevarnos a un gran descubrimiento que lo puede cambiar todo valientemente, un dios de la humildad desde la humildad, un dios que no quiere mayúsculas y que en el fondo somos nosotros mismos, porque somos esencia, porque somos sagrados, porque somos esencia sagrada.
Un dios que es dios porque el Dios que es Dios es una idea que no somos capaces de soportar.
Y cruzar de dios a Dios, sin calentarnos la cabeza, en setenta o setenta y dos horas. Seguro que existe un libro para ello.
Una nueva percepción del mundo se abría para él en el año 2011, abandonado por novias, amigas y amantes no quería recurrir a los servicios profesionales de la prostitución, se abría ante él un nuevo periodo de castidad y de abstinencia en el que intentaría descubrir qué es la realidad que nos rodea a todos, qué significa estar en este mundo y para qué estamos en el mundo que nos ha tocado en suerte y sobre todo para qué estamos en la sociedad a la que nos han traído, a la cultura a la que nos han traído, al país, a la ciudad, al barrio, a la casa y a la familia a la que nos han traído...¿Qué objeto tiene todo ello? ¿Qué función nos ha tocado en suerte desempeñar? ¿Para qué hemos nacido, sólo para salir de este mundo, para escapar, para evadirnos, para disfrutar, para darnos a todos los vicios y todos los placeres procurando no hacerle daño a nadie y finalmente enfermar y morir? Correr de un lado para otro teniendo cuidado de hacer las cosas bien para no dar un mal paso y tropezar mientras vamos llenando el ego de recuerdos y experiencias en una vida en la que puedes haber tenido mayor o menor fortuna o no. Esforzarse era importante, esforzarse.
Él sabía que había estado siendo durante poco más de un año el Maestro Espiritual de una mujer, de una mujer a la que había enseñado todos sus secretos sobre el Yoga y la mente y sobre las leyes espirituales que gobiernan el universo. Ahora le tocaba estar solo de nuevo y seguir aprendiendo, quería volver a sus viejas raíces, quería llegar al cristianismo, al catolicismo, pero también quería llegar más abajo, quería tocar fondo de alguna manera, quería no ser nada. No ser nada cómo aprendizaje espiritual, ser el más humilde de todos los hombres. Misticismo y soledad, y tal vez llegar a un principio de santidad que no dependía enteramente de uno.
Sabía que el mundo se dirigía a una tercera guerra mundial sin remedio, pero no quería compartirlo con nadie. Nadie le iba a creer, pero ya desde el año 2008, año en el que empezó a interesarse por el esoterismo, los poderes de la mente y las profecías,sabía que acabaríamos viviendo todos una tercera guerra mundial y que luego en diez años una tercera parte de la humanidad iba a morir. Quizás dos terceras partes, qué importaba, qué más daba.
Saberlo pero no compartirlo con nadie le otorgaba cierto poder, todos los días haciendo vipassana pensaba mucho en ello.

sábado, 8 de abril de 2017

AMOS Y ESCLAVOS

Hay mucha gente con sus egos incómodos dándose contra un muro todos los días, hay mucha gente que quiere progresar y que no lo consigue, no puede, no le resulta posible.
Son los Tiempos Finales que estamos viviendo ya, la crisis, la Gran Crisis, ya está aquí y ha venido para quedarse, nada tiene remedio ya. El año 2015 supuso la mayor de las humillaciones para Grecia y el final del viaje, a partir de ese momento todos sabíamos que la Unión Europea se iba a desmoronar. Luego resultó que no estábamos equivocados, que no estábamos equivocados ninguno. Londres se apresuró a salir de la Unión y Francia empezó a hacer los preparativos mientras que Alemania y Suecia tenían serios problemas con los refugiados. Los países del norte se apresuraron a cerrar sus fronteras y lo mismo hicieron los del este, se estaban sentando las bases para una tercera guerra mundial y mientras tanto recordar todo aquello que es lo que se ha vivido.
Entonces se recuerda cuando se quería ser un buen escritor y cuando había el ego suficiente que llevaba a querer destacar, luego llegó la humildad y llegó la humildad cómo reacción al ver tanta soberbia en los egos, tanta desesperación también por querer alcanzar alguna meta, por querer ser algo, por querer ser alguien. Se recuerda así porque todos estábamos en lo mismo, todos queríamos ser algo en España, todos queríamos ser alguien pero el noventa por ciento de la gente se quedó por el camino, recordando y abandonando sus sueños. La gente cada vez se hizo menos importante, la clase media desapareció casi completamente y quedó un mínimo reducto residual con menos expectativas y posibles que las generaciones de clase media que la habían precedido. Así con todo sólo quedaba acostumbrarse al caos generalizado que significaba vivir en sociedad, sólo quedaba esperar a que las cosas fueran peor y un día acabaran reventando completamente. Entonces se recordaba los días de farra y francachela en buena y agradable compañía, entonces se recordaban los tiempos que habían sido mejores cómo aquel año de estudiante de Filosofía Pura en 1995, asiduo a una docena de bares, cerrando todos los garitos, conociendo a gente interesante, escribiendo un libro sobre política que jamás llegó a ver la luz. Se recuerdan esos buenos tiempos de mayor y mejor actividad mental donde entonces era una obsesión acabar con el terrorismo vasco y todas las preocupaciones de España se centraban en evitar atentados terroristas de grupos a favor de la independencia y la secesión y todo el mundo hablaba de ello en ese clima de violencia con objeto de aislar a los culpables, encerrarles en cárceles y procurar hacer una vida mejor, una vida más plena. Sin embargo la economía iba bien y la clase media seguía siendo clase media antes de que las élites decidieran acabar con ella para crear un mundo de tan sólo amos y esclavos. Y ahora los problemas son otros pero recordamos con dolor los problemas que hemos tenido, cómo nación. Todo el mundo, lo sé, toda la generación española de los años setenta, que tuvo universidades públicas casi gratis en España, recuerda con cariño esos años de estudiante en los que se hicieron excesos pero también se encontraba estimulada la mente, mucho ambiente en una universidad completamente masificada y que en cierta manera fue un cachondeo y de todo punto fue bastante divertido el experimento social, otra cosa es y ha sido el rendimiento académico que se ha derivado de todo ello, debatir sobre si la gente salió preparada o no.
Los años del bachillerato pasados en una ciudad provinciana antes del exilio a Madrid, los recuerdo con un sentimiento agridulce. Los cursos se me hacían cuesta arriba, vivía para el fin de semana, los exámenes me angustiaban, preparar exámenes no me gustaba, la vida de estudiante a veces se hacía dura y los amigos iban y venían y lo mejor siempre se recuerda, también hubo malos ratos. A todos les ha pasado lo mismo, la adolescencia se recuerda siempre con un sentimiento agridulce, son años de adaptación a la sociedad y a unos nos cuesta más trabajo que a otros ser sociables. Entonces yo recuerdo por ejemplo una temporada evadiéndome leyendo libros de Ciencia Ficción, muchos libros de Ciencia Ficción para no estar en una realidad que me resultaba incómoda. Una temporada sin casi relaciones sociales en la que sólo tuve un amigo que era una persona triste y malhumorada y llena de complejos. Una etapa muy extraña de mi vida en la que yo realmente no estuve ni en el mundo ni en la sociedad. Escribo ésto porque sé que todos hemos pasado por etapas parecidas durante la juventud y el que tiene memoria sabe que la juventud tuvo sus grandes momentos de pesar. Abundantes lecturas para evadirse durante la juventud y mucho cine también, en algún tipo de periodo catastrófico. Por eso pienso que a veces es mejor ser un chico de la calle, perderse por las calles, antes que la aventura de la lectura para encontrar otros mundos soñados. Tener o haber tenido la virilidad suficiente para encarar la verdad y la realidad eso hubiera sido lo necesario en aquellos tiempos pero ahora es tarde incluso para mirar atrás. La gente hace muchas tonterías pero no se juzga y a veces lo penoso es no haberlas hecho. Por eso ahora prefiero a la vida antes que al cine y los libros, el cine y los libros no son la vida, son la evasión de una vida que no se quiere vivir. A veces el mundo no nos gusta pero no hacemos nada para cambiarlo.
Destacaba siempre en la asignatura de lengua y literatura y en eso me quise hacer fuerte e incluso cuando llegaron los estudios de filosofía quise hacer de ello una profesión, pero ya no hacen falta filósofos, hacen falta personas concretas con oficios, con actividades específicas. Todo es muy diferente ya, la información está al alcance de todo el mundo, todo tipo de información. El problema es que la gente no sabe ni procesarla ni qué hacer con ella.
Hablo de ésto porque mi problema es el problema de mucha gente, estudiantes de carreras de letras porque no tenían la capacidad intelectual de ser de ciencias, de ser científicos, que acabaron trabajando de camareros o de agentes inmobiliarios o de encuestadores o de comerciales o incluso de telefonistas o teleoperadores cuando no se quiso o no se pudo hacer una oposición a alguna cosa o no se tenía tiempo o no se encontraba uno motivado y que al final tienen dos o tres novelas escritas y un buen puñado de poemas, alguno bueno, decididos a buscar un editor que nunca encontrarán y finalmente abocados a gastarse el dinero en autoeditarse y acabar teniendo en su casa un buen montón de libros que es imposible de colocar. Una vida de artista más o menos interesante y luego nada, quizás un par de blogs en el que escribir las neuras personales de cada uno con cien o doscientas visitas de gente que sabe qué es lo que te pasa, qué es lo que tienes, porque está pasando por lo mismo. Sin resultados. Y la imposibilidad de poder aportar algo nuevo a la sociedad aunque siempre quede la esperanza. Finalmente la percepción de ser absolutamente prescindible. Todo en medio de un estado depresivo en un clima prebélico que puede volverse bélico ya cuando empiece a asomar el total colapso del sistema. Poco dinero, mucho tiempo libre y en general la sensación de que ya se han vivido los tiempos que eran mejores. Sobre todo la poca o nula capacidad de poder aportar algo nuevo a la sociedad, todo está ya inventado, toda está ya dicho. Viene una nueva fase, la fase en la que la gente va a sobrar. La fase en la que todos seremos prescindibles y o se elimina población, cómo se piensa que quieren hacer las élites, o se empieza a dar un dinero a la gente por no hacer nada. Y eso no va a pasar.
Todos los días vivimos al borde de la tercera guerra mundial, todos los días al día siguiente va a ser la tercera guerra mundial. Así estamos años ya, esperando la guerra. Todo el mundo esperando la guerra. Todo el mundo diciendo que la guerra es inminente. Y un día sucederá.
Quizás mañana.
Quizás ha empezado hoy.
Quizás empezó ayer y todavía no lo sabemos.
Pongámonos en paz con Dios.

martes, 4 de abril de 2017

EL DESCAMPADO (ESCRITO EN 1989)

EL DESCAMPADO

Una vez en un descampado
conocí una casita de chocolate con almendras,
era un pastelito que decía iré a por ti,
pero se quedó cubierta de caramelo de fresa,
y ya no me gustaba,
era una casita de fresa con agonías de muerta,
era una casita de hombre en la piel tensada de niño,
y cada día, cada día,
estaba más quemado y se decía:
"Este país de los pitufos tiene cuatro esquinitas

y por alguna de ellas va a tener jodidamente que reventar"
Y se burlaba de él hasta la gente que le quería,
la vida es dura, claro está, por eso un día
el diablo sintió pena por ese chico,
más bien sintió debilidad,
caminaban juntos por la casita de chocolate,
se fumaban la casa y la casta y no eran malos ni nada,
pero el diablo sintió pena por ese chico
y le ofreció dos pases de platea
y no le volvió a ver ni nunca más,
más,
más, 
otra, otra, otra...

La chica del descampado
yace muerta y enterrada.
La poetisa
tiene una hermosa tumba.
Nadie le niega a Dios tres veces.

domingo, 2 de abril de 2017

LOS POEMAS DE ENTRETIEMPO

SIEMPRE OLVIDO


Suciedad deidad de la idea,
Suciedad de la mente,
Suciedad de viejas polillas,
en los cerebros eternizados.
Suciedad de la viejas bujías 
que encienden la candela del amor. 
Llegar al mediodía sin un pasado
Y comiendo un pan ácimo y gris.
Suciedad de las viejas formas
y las viejas calendas
En la conjunción Neptuno Urano
ambas en Piscis
y luego progresar.
(el sabor de la cerveza muy de mañana)



Siempre olvido algo
parcelando los ínfimos caminos del lodo.
Es objeto de estar vivo.
Siempre olvido.
Nunca hay un revólver de mala fe
ni hay una fecha sin nombre.
Siempre olvido..
Cansan discos, que no he vuelto a escuchar.
Cansan libros, que no he vuelto a leer.
Todo se sumerge en nada y perece
hasta el día del regalo que soy yo.
Siempre olvido
y una mueca educada limpia el rencor.



VEO LAS CADENAS DE VOSOTROS

Ajustada cadena,
vientres en paz,
serenos limbos,
y hasta aquí viene viviendo el desperezado
siendo otra vez
en su mano una rama de fresno,
acaricia la aurora
en las casillas marcadas a lápiz
con el metal de los coches difuntos
y así hasta respirar
la conciencia de la tarde
y su mirada aviesa que cambia
y supura a su modo
desde el lugar del ser
donde ya nada cambia. 

La naturaleza ha muerto
La mitad de la habitación puede fallar,
En el mostrador compactas.
Mira el ser que es el ser sin tiempo
entre bocas calladas.
Todo es simple.
En el mejor cuidado.
Para llegar a todo el todo basta.
Y lo que dices se llama.


Veo las cadenas de vosotros, 
Cadenas sin número. 
En la forma de un ojo. 
Que pasa por lo invisible.
Veo las cadenas de vosotros.
Hasta allá dónde ya ya no estáis. 
Y los ocultos os están mirando.
Trazando una estrategia.
Veo las cadenas de vosotros.
Esclavos sois del infinito.



Los días lluviosos de la Semana Santa, yo eso lo recuerdo. Salir de vacaciones hacia un pueblo del sur de España y no encontrar buen tiempo, simplemente tampoco encontrar mal tiempo. Unos días con mucha luz y agua y algo de lluvia. Pero no se estaba mal. Simplemente no era tiempo de playa pero tampoco hacía mal tiempo. Entonces con un jersey o una chaquetilla salías a beber por la urbanización o te comprabas un litro de cerveza en el supermercado y luego te ibas a dar un paseo por la playa, con la arena mojada por la lluvia, y mirabas el mar. No era tiempo de playa pero se estaba bien en la playa, vestido, con un jersey o una chaquetilla y los vaqueros largos Levis negros o azules pero en aquel tiempo negros por la moda, entonces el jersey era blanco o azul.