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viernes, 21 de julio de 2017

LÉSTER Y LA RUBITA (RELATO)

1

Cuando llegué a Pucela después de unas vacaciones a mi casa del barrio de La Farola, en tren, estuve todo el viaje escuchando discutir a unas suramericanas y oyendo música de Miguel Bosé, lo pasé muy entretenido durante el viaje y llegué a finales de agosto y me pareció agradable volver a mi casa, llevaba una gran mochila de deporte roja con todos mis enseres personales y el ordenador, me gustó mirar las aceras negras y recalentadas de mi barrio antes de que se hicieran las reformas, fue todo eso. También cuando vivía en Madrid en Aluche llegue en tren de unas vacaciones también a finales de agosto y también me gustó llegar a mi barrio, recuerdo que nada más dejar el equipaje en mi casa me bajé al barrio a tomarme unas cervezas, a reencontrarme con mi agradable barrio. Tener amigos es siempre muy importante pero en aquella época no tenía muchos amigos y salía solo, yo era muy gracioso y muy simpático y siempre estaba de buen humor y cualquier cosa por insignificante que fuera me hacía mucha ilusión: Mirar una exposición de coches, ir a teatros y a museos y cosas así.
Siempre dinámico y siempre activo, me me movía por la vida cómo a través de un sueño.
Es bueno analizar las cosas y es bueno discurrir ideas, a mi me gustaba mucho eso, me gustaba salir a pensar, a investigar, a conocer, a decir. Sesudos comentarios siempre, ideas muy elaboradas en todo momento, misterios que yo iba a descubriendo en cada paso.
La vida se volvía extraña muchas veces, las noches eran mágicas y envolventes y me psicoactivaban.
En Santander y en Palencia también estuve viviendo un tiempo y también en Granada y en Zaragoza, pero nunca hasta el punto de llegar a mi casa después de unas vacaciones, nunca tanto tiempo cómo para tener un reencuentro con la ciudad después de una estancia fuera, sin embargo en Madrid estuve casi diez años, era yo bastante más joven, me gustaba mucho la vida y el ambiente de Madrid.
En Madrid la vida se volvió del color de mis esperanzas.
Trabajaba de Agente Inmobiliario y ganaba bastante dinero, vivía desahogadamente y también me dedicaba en mi tiempo libre a escribir guiones de cine--yo hacía películas-- que eran muy malos y que nunca conseguía vender, historias de perdedores, historias de gente que se buscaba la vida, historia de personas con alma perdidas en la gran ciudad. Nunca conseguí ganar nada de dinero con esa vocación, pero había realizado algunos estudios que me habilitaban para ese trabajo, pero al parecer eso nunca fue suficiente. Años más tarde suspendí esa actividad, no sin cierta pesadumbre y resentimiento, había fracasado en mi propósito de guionista cinematográfico en la ciudad de Madrid, luego intenté ser periodista pero no me dieron el trabajo. Muchos amigos intelectuales del momento, en su gran parte extranjeros, me animaban a que no olvidara mis sueños, me animaran a que no tirara la toalla, y su voz era un sonido maravilloso, bebía Baileis después de los cafés y a los cafés les echaba leche condensada, tenía un montón de azúcar conmigo todo el tiempo, porque además también bebía ron de caña y mojitos, tenía un montón de azúcar todo el tiempo en mi cuerpo, azúcar y nicotina.
Y así era feliz.





Pecando de un exceso de intelectualismo quise deshacerme de toda mi colección de cómics porque entonces yo consideraba a los cómics subcultura y además había empezado a leer "La montaña mágica" de Thomas Mann y pensaba que a mi vida lo que le hacía falta eran abundantes y provechosas lecturas de personalidades de la humanidad y no tebeos decorados, entonces me decidí a ir a una tienda de compra-venta de cómics que había en Ópera, en una de las bocacalles de Ópera, y sacarme algún dinero con el negocio.
Así fue cómo me hice amigo de una chica rubita pequeña que se llamaba Alicia y que era la dependienta de la tienda de cómics, trabajaba allí.
Que me hiciera caso aquella chica fue para mi toda una sorpresa, nos sentábamos en los bancos de la plaza de Gran Vía cerca del restaurante japonés y fumábamos marihuana. Que yo siempre tuviera marihuana fue el detonante perfecto del origen de una gran amistad con mucho color y chasquido que luego acabó en timbales y tormenta.
Era ella hermosa y distinguida, en algunos aspectos bastante conservadora pero a la postre y con esfuerzo, liberal.
Yo entonces iba por la vida de gran artista, de gran escritor, de gran creador, perdido y atormentado en la noche de Madrid, así fue cómo le dije a ella que iba a escribirle un relato en el que apareciéramos los dos y que contara nuestra historia, a ella le pareció muy buena idea y un par de meses le entregué un cuento titulado "Léster y la rubita" que le pareció malísimo y una cursilada y que hizo que ella me recomendara seguir trabajando de Agente Inmobiliario y no perder nunca mi trabajo por querer dedicarme a la literatura. Su sinceridad escondía cierto resentimiento, en el cuento ella aparecía cómo una tontita. No me di cuenta de que mi machismo soterrado había aflorado en todas sus formas de protección y sometimiento devolviéndome a las cavernas del macho impositivo y prejuicioso, sin duda todo un error por mi parte.
La relación se enfrió bastante.
Entonces llegó un mes de julio en el que yo hice un curso de verano de escritura creativa en un viejo caserón de inquilinos antiguos con una profesora muy guapa que se llamaba Nadia, la casa daba a un patio interior donde sacábamos unas mesas y traíamos botellines de agua sudando la camiseta, entonces se repartían fotocopias cómo en todos los cursos de aquellas personas que nos habían precedido y que tendrían que ser nuestro ejemplo, yo creo que el sistema lectivo sigue siendo igual y en todos los aspectos de la vida, siempre se aprende de los demás.
Era en un floreciente barrio barroco de Madrid, cerca de Retiro donde estaba una hamburguesería casi redonda y era casi imposible aparcar, pero yo llegaba siempre en metro y en autobús.
Había un restaurante decorado con estilo francés muy cerca donde ponían unas cervezas enormes y sin dudarlo un día muy caluroso de julio empecé a beber allí cervezas muy de mañana y me piré las clases, entonces empecé a pensar en Alicia y en que ella tendría que ser mi novia y en lo felíces que íbamos a ser, sobre todo porque yo ya estaba cansado de vivir solo en Aluche y luego en el barrio de Prosperidad donde hacía siempre grandes fiestas. Cuando estaba completamente borracho la llamé y entonces ella me dijo que me vería cuando no estuviera borracho y cuando ya no estaba borracho me encontré de repente de mal humor y lo que quería era no volver a ver Alicia en mi vida, por fortuna todo cambió a los tres días cunado quedamos para fumar marihuana en la Plaza de España frente al hotel donde se alojaban los Rolling Stones y luego dimos un paseo hasta el Conde-Duque.
Por el camino nos dio una paranoya y discutimos y vi que no era el momento de declararle mi amor a ella, me puse histérico y muy nervioso porque vi que me lo estaba poniendo muy difícil y que acabaría saliendo escaldado de aquella relación, todo entonces eran señales de una posible fatalidad, nos acabaron siguiendo por la calle unas personas que no conocíamos de nada y por razones desconocidas, sólo porque estábamos hablando muy alto.
Al final me fui a mi casa y dormí siete horas seguidas.
Por la noche me metí en el cine y me creí completamente la película, cómo si la hubiera vivido yo. Eso me dio valor y fuerzas para seguir escribiendo guiones de cine. Ya tenía una idea: "Léster y la rubita" una historia de amor sobre un artista que quiere medrar en Madrid y conoce a una chica preciosa que se lo hace pasar mal. Pero esta vez sin cursiladas ni machismos, no me quedó bien tampoco. Me dediqué a otra cosa, seguí trabajando de Agente Inmobiliario e intentaba buscarme la vida, no tirar demasiado de la tarjeta y ser sencillamente feliz.
Y luego yo siempre no tenía la culpa de nada, siempre la culpa la tenían los demás.
Cuando acabó el mes de julio me tomé un mes de veraneo en un pueblo del sur de España y cuando regresé de mis vacaciones decidí no incorporarme al trabajo en septiembre y pedirme una baja voluntaria, me la dieron y con el dinero que obtuve y lo que tenía ahorrado dejé mi apartamento de soltero de Prosperidad y volví a Aluche intentando simplemente encontrar una habitación para compartir piso, quería ahorrar todo el dinero posible para dedicarme a escribir. De esa manera encontré por muy bajo precio una habitación en un piso de Aluche rentado por una mujer magreví que se llamaba Latifa y por su hijo que se llamaba Abdú, ambos de Rabat, Marruecos. En el piso estaba también una estudiante china muy joven que estudiaba Derecho en la Universidad Complutense y que tenía la mejor habitación. Yo en cambio obtuve una habitación minúscula pero muy bien ventilada y con una cama y una silla y una mesa, frente a una ventana que daba a un patio de árboles altos y poco frondosos.
Enseguida me traje el ordenador para escribir y una televisión pequeña, también disponía de un armario para guardar mi ropa y tenía derecho a usar la cocina y el cuarto de baño pero el salón no era comunal, el salón era para Latifa y su hijo de veinte años que estudiaba unas oposiciones al cuerpo de correos y se compraba colonias muy caras y desodorantes muy caros y era muy coqueto y presumido y le gustaba explotar su éxito con las mujeres españolas y estar siempre guapo y perfumado. Hacía mucho deporte, sobre todo baloncesto, y era un chico muy sano y responsable pero poco hablador. Yo comía en la cocina con la estudiante china, pero cada uno comía su comida, ella casi siempre, pescado seco que guardaba en la galería antes de hacerlo en la nevera. Nos repartíamos entre todos las tareas de la casa. Era una convivencia armoniosa, además cada uno tenía su llave, mi propio cuarto también se cerraba con una llave de la que dispuse.
La única vez que me recuerdo hablar con Abdú fue cuando hubo el atentando contra la Comunidad Española en Casablanca y se lo comenté porque él lo estaba viendo en el salón, entonces me dijo que hasta que el Rey de Marruecos no saliera por televisión explicando lo que había pasado no se iba a creer nada de lo que contara el gobierno de José María Aznar, que era el presidente de España en esos momentos, gobernando el Partido Popular. Habían muerto más de cuarenta personas, más de cuarenta españoles. Luego Abdú me dijo que en una semana se le iba a olvidar todo a todo el mundo porque la gente en España estaba siempre de fiesta y le importaban un pito los demás y sólo querían pasárselo bien. El chico tenía mucha razón, en menos de una semana a todo el mundo se le olvidó el atentado de Casablanca y las víctimas españolas y lo que pasó o dejara de pasar quizás le acabara importando sólo a la policía. Estábamos en pleno auge de la burbuja inmobiliaria y había mucho trabajo y sólo un ocho por ciento de paro, pero porque en España siempre ha habido economía sumergida, ya que el que quería trabajar, trabajaba y había trabajo de sobra para todo el mundo, de hecho Madrid era un hervidero de emigrantes extranjeros y de provincianos que llegaron todos para prosperar y allí estaba yo, de Valladolid al cielo, intentando labrarme un camino en el panorama del cine español cómo guionista y ganado bastante dinero con la compra y venta de pisos cuando todo el mundo compraba y vendía pisos y se hacían grandes negocios con el ladrillo y todo el mundo andaba bien de dinero y tenía trabajo. La verdad, estábamos de fiesta casi todo el tiempo, en los bares y en las terrazas y en los restaurantes y discotecas y fumando marihuana y hachís, masívamente. También fue la época de la coca pero yo no la probé, y de las pastis...pero eso era para otra generación a la que yo no pertenecía. Los servicios de prostitución hacían su agosto siempre y Madrid era Sodoma y  Gomorra...A los españoles sólo nos importaba divertirnos hasta que llegó el 11M, entonces nos caímos todos del guindo, llegaron los socialistas al poder y los socialistas arruinaron completamente el país, yo tuve que regresar a Valladolid y cuando llegué a mi pueblo me esperaba la madre de todas las crisis, que todavía no ha acabado y hasta la fecha.
Pero estoy hablando de cuando todos éramos ricos con el gobierno de José María Aznar y yo conocí en Madrid a una chica que se llamaba Alicia que trabajaba en una tienda de cómics.
Estaba claro que Alicia quería conmigo la menos intimidad posible y un día me dijo que me iba a presentar a unos amigos suyos que iban a ser la fuente de inspiración de mis futuras novelas y ensayos y entonces me presentó a una panda de vagos a los que no se podía juzgar porque hacían lo mismo que hacía todo el mundo, que era trabajar en la construcción lo suficiente hasta poder cobrar por lo menos un año de paro y se pasaban todo ese año sabático disfrutando de la vida y luego volvían a trabajar en la construcción el tiempo justo para poder después cobrar otro año de paro y estar sin hacer nada y ese era su sistema de vida, un sistema de vida que llevaba mucha gente hasta que un día esas personas fueron a pedir un trabajo y ya no lo había y lamentaron profundamente no haberse mantenido en el que habían tenido. Yo me hacía el moderno o era muy moderno entonces y contagiado de la algarabia y el despiporre de Madrid y de España esas cosas no me parecían mal, además los que estaban robando de lo lindo eran los políticos y los banqueros así que lo mejor era no decir nada, ya lo escribió Cervantes en su momento que "En España el que es poco, poco roba y el que es mucho, roba mucho" era la picaresca española que nuestros hermanos suramericanos acabaron imitando a la perfección demostrando un verdadero esfuerzo de integración y de asunción de la mentalidad española. Entre todos nos hemos cargado el país, tampoco hay que echarle la culpa de lo que somos a los socialistas, pero los socialistas cuando gobernaron no lo pudieron hacer peor. Todos sabemos cómo acaba el cuento, tiene que venir la dictadura de Bruselas y del FMI a tutelarnos cómo si fuéramos niños pequeños y a meternos a todos en vereda, al final se les va la mano y todos pobres y disgustados.
Alicia en aquellos días se esforzaba en que yo tuviera una buena historia que pudiera contar, sus amigos habían tenido vidas muy marginales y aventuritas de las drogas, pero les faltaba alma, les faltaba espíritu, les faltaba fuerza e imaginación. No quería lucirme en el futuro con una historia de brutos en problemas que al final no va a servir para interesarle a nadie. Además yo no era el tipo de persona marginal, era responsable y trabajador aunque me fumara mi hierba de vez en cuando, lo que podía confundir a mucha gente. También querer ser un artista no ayudaba, demasiado estrés con vivir de una pose que en el fondo lo que necesita es más trabajo.
Pensé muchas veces en dejarlo todo y volverme a mi pueblo, pero estaba a punto de empezar a escribir algo bueno aunque no sabía qué.
Entonces la inspiración llegó de mano de unos amigos mejicanos, empezamos a hacer adaptaciones cinematográficas de Béquer y cortometrajes, yo empecé a escribir en grupo un guión del estilo de "Vidas cruzadas" que acabamos intentando vender a la productora de Almodóvar "El Deseo" y que todavía debe estar en trámites.
Fue cuándo Alicia empezó a sentir admiración por mi justo cuando empezaba a acabárseme el dinero.
Pedí un préstamo a la familia y ya sabía que si no triunfaba en lo mío y rápido me tendría que volver a Valladolid. Entonces unos yijadistas pusieron unas bombas en los trenes de Atocha y la fiesta se acabó.



2

Ya poco antes de mi  regreso todos sabíamos que el mundo de la avaricia y la especulación financiera era lo que estaba destruyendo el mundo, pero no se solucionaron las cosas. Los jóvenes ya de repente se tenían que quedar a vivir con sus padres y ya no se podían independizar. Entonces los socialistas sacaron las ayudas al alquiler para jóvenes y dieron a todos los jóvenes que lo pidieron 250 euros para ayudarles a tener un alquiler. Lo que sucedió es que los arrendetarios pasaron a subir los alquileres 250 euros más y así si un piso en alquiler te costaba 300 euros de repente pasó a costar 550. Fue cuando descubrí que la avaricia no estaba sólo en las grandes corporaciones y en los oligopolios extractivos y en los grandes bancos. Fue entonces cuando descubrí que la avaricia estaba en la gente, en el pueblo, en las personas y que los españoles no teníamos solución.
Lo mismo sucedió en el sistema de dar una renta a las mujeres maltratadas, las mujeres ponían denuncias en falso a sus parejas para poder cobrar esa paguita y hubo muchos problemas, cualquier discusión fuera de tono ya era considerada maltrato psicológico y la perfecta excusa para cobrar una renta del Estado y además disfrutar de un piso de protección de por vida, hubo muchos abusos en estos términos lo que realmente hizo que se vieran perjudicadas las mujeres que realmente sí que habían sufrido algún tipo de maltrato, de nuevo la avaricia y el egoísmo de las personas en pleno apogeo para poder cobrar un dinero del Estado. Pasado el tiempo las ayudas al alquiler para los jóvenes y las pagas a las mujeres maltratadas tuvieron que quitarse, había habido demasiada caradura.
Se creó el Plan Prepara que era un sistema que te permitía cobrar el paro hasta dos veces más después de que se te hubiera acabado el paro si no te encontrabas algún tipo de trabajo, la gente agotaba las prestaciones extras del desempleo, cobraba su paro íntegro y luego cobraba el Plan Prepara y cuando se acababa lo volvía a pedir. Lo que sucedió es que se creó una gran masa de gente con dinero que estuvo cuatro años sin trabajar, los cuatro años del inicio de la crisis. La consecuencia de todo ésto es que cuando esa gente quiso trabajar ya no encontró ningún trabajo. Pero todo el mundo lo decía, que si los socialistas le daban dinero a la gente por no trabajar, nadie iba a trabajar y eso fue lo que sucedió, subió muchísimo el paro, subió muchísimo la tasa de desempleo. Después se creó una Renta Básica que daban las autonomías de unos 426 euros en Castilla y León pero de 700 euros en el País Vasco si demostrabas no tener ningún ingreso, así fue cómo creció exponencialmente la economía sumergida y empezaron a caer las cotizaciones a la Seguridad Social porque la gente trabajaba al negro. Cualquier tipo de colectivo recibía un dinero del Estado con los socialistas: los gays, los inmigrantes, las feministas, los artistas y el cine español. Y ahí estaba yo, sabía que había un sistema para recibir ayudas del Estado para realizar un largometraje, sólo había que constituirse cómo empresa y presentar un proyecto cinematográfico, entonces te llovían millones para que sacaras adelante tu proyecto. Yo sabía que se estaba haciendo todo con el sueperávit que dejó el gobierno anterior, que estábamos gastando el dinero de las Arcas Públicas, pero tenía que aprovechar la situación. Si todo fallaba existía el Instituto de Crédito Oficial para pedir un crédito para un negocio, así que todo estaba bien. Las mujeres además disfrutaban del Instituto de Crédito Oficial de La Mujer, que era una discriminación positiva y una duplicidad y que al final acabó dejando de existir. ésto enfureció más a las feministas que las paguitas por ser un alcohólico, ya que muchos hombres disfrutaban de una paguita por alcoholismo, lo que en el fondo fomentaba beber. Realmente las feministas tuvieron entonces razón, pero todos sabíamos que los excesos de los años de bonanza habían mermado la salud de muchos y ahora una gran masa se pedía paguitas por depresión, fobias, paranoyas y esquizofrenias. Recibir dinero por no poder dejar de  beber al final se acabó quitando, lo mismo que recibir dinero por no poder dejar de drogarse. los casos más serios acabaron en las manos de los Servicios Sociales, que hacían un seguimiento y un tutelaje con supervisión de la policía y de los que nadie se podía burlar.
Finalmente mis amigos se constituyeron cómo una productora cinematográfica para poder pedir las ayudas al Cine Español que daban los socialistas y que venían en el BOE, se formó un follón fenomenal porque en la productora entraron los mejicanos un chico argentino y un par de colombianos, gente española de Madrid de toda la vida y luego todo el mundo quiso meter a sus novias también, al final en la productora eran más de cincuenta personas y yo me quedé fuera. En Gran Vía 32 hicieron su estudio en un local y comenzaron a realizar anuncios para televisiones de América Latina y al principio les iba bien. Las ayudas para el cortometraje y los largometrajes en los que había participado nunca llegaron y eso que cambiamos dos veces el guión principal añadiendo dos personajes que eran gays para hacer que nuestra película tipo "Vidas Cruzadas" fuera más progresista e inclusiva, pero ni aún así conseguimos las ayudas para poder realizar el largometraje y los chicos se esmeraban en hacer una buena publicidad a una marca de refrescos muy famosa en Suramérica y de eso vivían, yo me quedé completamente fuera de estos proyectos y ni siquiera alcancé a llegar a conocer la productora físicamente, sin embargo quedábamos todos en una bocacalle de Gran Vía donde había un bar que servía tiestos de cerveza, entonces las chicas no venían y sólo estábamos los hombres hablando de nuestro futuro, yo la verdad que en el fondo lo que estaba haciendo era despedirme de todo el grupo y de mi vida madrileña, seguía viviendo en Aluche en la habitación del piso y por eso estaba por el centro de Madrid hasta las doce y media de la noche porque a la una cerraban el metro, entonces a partir de la una menos cuarto yo ya estaba por los bares de Aluche completamente solo después de estar con mis amigos y en un bar de Aluche que me recordaba mucho al Sotabanco de Valladolid estaba un día bebiendo solo y algo colocado de maría cuando empecé a repasar mi vida y todo el tiempo que había intentado ser un artista en las fauces de la gran ciudad.
El cambio de paradigma fue que todos los cortometrajes sobre las adaptaciones de Adolfo Béquer se perdieron y el trabajo realizado era cómo si no lo hubiéramos hecho, yo me disgusté bastante porque al parecer primero se perdió el sonido y luego se perdió la imagen y alguien tuvo que haber metido la pata y yo sabía que todo se debía a que a todas horas estábamos de fiesta o drogados o borrachos y que a que en el fondo nadie se tomaba el trabajo en serio, pero el ambiente que se respiraba en esos momentos era de mucha distensión y algarabía y lo primero era de estar de chufla, para colmo de males las cintas se habían perdido porque tenía que custodiarlas un chico de Valladolid y que yo no conocía y al final parecía que la culpa de todo la tenía la gente de Valladolid. Yo estaba en un bar de Aluche fumado de maría y sabía que ya se había acabado todo, que nadie nos iba a comprar nuestro largometraje incluso aunque nos hubiéramos constituido cómo productora y que teníamos que haber trabajado más, mucho más.
Al mes siguiente abandoné el piso de Aluche y me fui a vivir con mis padres a un chalet que tenían en Navalcarnero, un pueblo de Madrid.

3

Reconocí entonces que en algún momento había perdido mi Ser Divino y me había dejado llevar por la vanidad, por la gloria, por la fama. Yo había destacado sobremanera en mi ciudad de origen siendo Premio Regional de Poesía con 23 años con unos poemas que había escrito con veinte años y poco después publiqué un libro de relatos que también me dio cierta fama. Por desgracia eso me llenó de soberbia y quise ser famoso, quise alcanzar la gloria, quise alcanzar la fama. Me llené de ego, de orgullo y de vanidad y estuve mucho tiempo así, viviendo egoístamente, viviendo sólo para mi propia satisfacción y mi arte. Me encontré con mucha gente que no era más que un reflejo de mi propia personalidad, egos hinchados, personas orgullosas y petulantes, artistas llenos de ruido y furia, rebeldes contra todo y pequeños demonios.
Haciendo repaso de toda mi vida de artista en Madrid, en aquel bar elegante de Aluche, me di cuenta de que me lo había pasado muy bien durante los últimos ocho años en Madrid: las discotecas de Nuevos Ministerios, los bares y las zonas de marcha de Mala Saña y Diego de León, las whiskerías de Alvarado, las cafeterías de Bravo Murillo, Magallanes y Méndez Álvaro. y sobre todo las licorerías de Ponce de León y la discoteca Antártida cerca del autobús 574. Pachá, "La casita" y las discomovidas de Sol, el Fortuny en los mejores momentos y La Riviera. La Noche, también.
En alguno de esos lugares había perdido mi alma y me convertí en un vampiro egotista y ególatra, con tendencia al misticismo oscuro y a la megalomanía.
Ahora sólo quería descansar.
La generación del 70 a la que pertenezco nacida prácticamente en democracia y que realmente jamás probó los sinsabores de la dictadura española fue la última generación en ser educada en el nacionalcatolicismo que era un sistema político y religioso por el que se había regido España desde los Reyes Católicos, desde hacía más de 500 años, y que había funcionado porque eso trajo unidad y vertebralidad al país. Todo ésto después se trató de destruir con nefastos resultados. Sin embargo mi generación tuvo que hacer frente al despertar de los modernismos y progresismo amparados y aupados ante todo en el bienestar material, una tolerancia generalizada llamada "el espíritu de la transición" basada en la cultura y en la paz social y en la prosperidad económica  pero que acabó llevando a la decadencia y al vicio y al libertinaje y al "todo vale". Finalmente España degeneró moralmente y la supuesta tolerancia acabó convirtiéndose en una excusa para que todos impusieran a todos su santa voluntad trufada de individualismo y egoísmo lo que trajo la lacra del separatismo y del terrorismo que en formas larvadas aún dura en nuestros días, la gente se volvió materialista y descreída, rebelde e ingobernable. Se perdió el respeto, la decencia, la moral, el pudor y los valores religiosos y la libertad se convirtió rápidamente en libertinaje. En todo ese ambiente yo  quise hacer de mi un artista y disfrutar plenamente de la vida y ciertamente lo conseguí pero al precio de dejar algo puro e inmaculado de mi más profundo Ser Divino y Maestro Interior por el camino. Luego recordaría la frase que le dijeron al sabio San Agustín: "¿De qué te sirve La Gloria del mundo si pierdes tu alma?"
En definitiva, España había degenerado y todos habíamos degenerado con ella. En definitiva España era decadente y todos habíamos sido decadentes con ella. En definitiva hubo una serie de corruptores y pervertidores de la juventud pero fue la juventud la que eligió corromperse. En definitiva, habíamos hecho las cosas mal.
En ese momento en el bar de Aluche y repasando mi vida, me daba cuenta de que en España se había acabado la fiesta y la prosperidad económica y que ahora nos enfrentábamos a una grave crisis en la que se iba a empobrecer mucha gente y sin embargo nadie tenía las herramientas espirituales justas y necesarias para poder vivir en austeridad, por la tanto iba a ser muy duro para todos. Lo que no imaginaba de ninguna manera es que todo fuera a suponer el final de la clase media y además a nivel mundial, si lo hubiera imaginado entonces creo que me hubiera muerto de miedo. Aún hoy en día no entiendo cómo nos ha sido tan fácil poder asumirlo, probablemente porque la gente siente que todavía puede ser peor y que pueden venir hambrunas y guerras y un colapso del sistema total, la gente teniendo todavía algo a lo que agarrarse, teniendo incluso muy poco, ya se encuentra satisfecha. El camino que hemos recorrido todos ha sido arduo y penoso pero en aquel momento fue todo un shock despertar a una nueva realidad que no sabíamos cómo podría acabar desenvolviéndose.
Yo sabía que los socialistas iban a acabar con todo el dinero del superávit creado por el gobierno anterior y que todavía íbamos a tener unos años de respiro mientras poco a poco se iba acabando el dinero en España pero luego ya no sabía lo que podía acabar pasando cuando en España no se pudieran pagar las pensiones ni los gastos de las Comunidades Autónomas, ni los sueldos a los funcionarios públicos Imaginaba que acabaríamos todos con arcos y flechas cazándonos entre nosotros.
Tuve entonces la iluminación, quizás también porque estuviera fumado de marihuana, de que al mundo lo que le esperaba era una tercera guerra mundial y el Final de los Tiempos y en cuestión de microsegundos me volví una persona treméndamente religiosa y arrepentida de mi vida anterior y eso fue precisamente lo que me salvó y lo que me dio un susbtrato psicológico  en el que poder sostenerme, pero nunca más volví a sentirme un artista. Algo gané y algo perdí, desde luego que nunca iba a dejar de hablar de mí mismo, porque eso era parte de mi personalidad.
Me aislé en una habitación que prepararon para mi mis padres en el chalet de Navalcarnero y hacía planes para cuando volviera de nuevo a la provincia. Hacer unas oposiciones o poner un negocio, pero mi vida de artista ya se había acabado.
Está claro que necesitamos reglas.

4

Alicia, la rubita, vino a visitarme a Navalcarnero y salimos a dar un paseo por el pueblo, yo la conté que tenía miedo de que los terroristas de ETA se aliaran con los terroristas yijadistas y que se acabara destruyendo España. También tenía miedo de que los musulmanes acabaran invadiendo España y que los separatistas catalanes y vascos les ayudaran a entrar con tal de ver destruida España, Alicia me dijo que estaba completamente loco si creía eso, a mí me dio igual.
También la dije que en veinte o treinta años sería el Fin del Mundo y que lo íbamos a ver, que la crisis era estructural y sistémica y que siempre el mundo estaría en crisis y que todo iría a peor.
Alicia me dijo que estaba rematadamente loco así que empecé a hablarle de mi literatura, de mis novelas no publicadas "Cangrejo muerto" y "La parábola del sembrador" y le pareció la cosa muy divertida pero cuando le dejé las novelas para que las leyera me dijo que eran malísimas y que me dedicara a otra cosa y que además lo que yo escribía no se podía llamar novela, que no era más que un loco hablando y contando paranoyas y dando sermones, me dio igual también.
Sin embargo mis poemas le parecieron muy buenos, sobre todo los que había escrito en mi primera juventud, casi de adolescente. Empecé a pensar si me habría equivocado dejando la poesía e intentando escribir, relato, novela y guión de cine y empecé a pensarlo con verdadera humildad.
Empecé a pensar si alguna vez habría sido un verdadero artista y si no habría sido simplemente un loco que escribía, lo cual para hacer poesía siempre daba resultado. Tendría que actualizar mi curriculum y buscarme un trabajo. Eso era lo primordial.
Al final de la noche le acabé pidiendo a Alicia matrimonio y ella me dijo que lo que quería era echarla un polvo.
Me dijo que yo era un chico muy antiguo, cómo de otra época y que había que ser más moderno y sobre todo vivir en el mundo, se cogió un autobús y no la volví a ver en dos semanas.
Esa noche me emborraché de lo lindo y acabé escribiendo un poema en una servilleta de papel en un bar que al día siguiente encontré manchada de vino y de cerveza, con la letra corrida e ininteligible.
Concluí que había hecho de mí mismo un literato para disfrutar más de la noche, las drogas y el alcohol y que en el fondo no era un verdadero artista, pero nadie tenía por qué saberlo.


5

Cuando volví a encontrarme con Alicia lo hice en una cafetería que imitaba a las cafeterías americanas y que estaba cerca de Callao, recuerdo que ahí fue donde una vez me encontré con un chaval al que le habían echado de casa por pegar a sus padres y que vivía en un piso tutelado con otros delincuentes que le robaban y su vida era un infierno. Vivía sin trabajar y tenía unos vales para el comedor social al que podía acudir dos veces al día, de esa manera vivía atendido completamente por los Servicios Sociales, que le habían procurado un piso y le habían dado alojamiento. Pensé que esa siempre es una buena historia para escribir un relato: un delincuente al que echan sus padres de casa por maltrato pero al que luego roban otros delincuentes en un piso compartido, alguien que pasa de ser de verdugo a víctima y que nos mueve a la compasión. Pero había una historia mejor que contar en ese bar y era la de un pobre señor que no tenía casa y mendigaba por la calle para poder comer y que por la noche dormía en un albergue, en ese albergue le robaron la dentadura postiza.,cuando me encontré en el bar con ese hombre me dijo que no podía comer por dos motivos: porque no tenía dinero para comer y porque le habían robado la dentadura postiza. Le invité a un gazpacho. Es curioso que la gente no comprenda cómo puede haber gente que duerma en la calle y que prefiera dormir en la calle, lo que sucede es que cuando un indigente se marcha a un albergue a dormir le puede pasar todo y lo más normal es que le roben, por eso hay gente que se siente más segura en la calle. Lo mismo sucede con los pisos tutelados que te dan los Servicos Sociales, te puede tocar compartir piso con gente muy mala que te puede acabar haciendo algo, lo mínimo robarte. Por eso hay gente que se encuentra mejor en la calle, pero ésto no lo entiende la persona común que se informa sólo por las noticias. De todas formas la gente que no es normal es corriente que acabe compartiendo su vida con gente que tampoco lo es. Es ley de vida.

--¿Qué tal, Modosito?--me espetó Alicia cuando llegó.

Modosito era un personaje cómico de la televisión, representaba a una persona con fuertes ideas morales y religiosas y un poco apocado, pacato y pusilánime. Era una figura de la que todo el mundo en España se reía. Era un muchacho muy repeinado y bien vestido aparentando ser muy conservador. Todo el mundo se reía del personaje de "Modosito" sin embargo de lo que se reía la gente era de una actitud de España, de un sentir de España, de un percibir y sentir la vida de España y de algunos españoles que ya se había quedado atrasado y caduco y que movía a la hilaridad. España se reía de aquellos que en el fondo no sentían ningún interés por ser modernos sin con ello tenían que renunciar a su moral y a sus convicciones religiosas. Yo sabía que en el fondo "Modosito" era manipulación de la masa a través de los medios pero lo mismo se hacía con el cine español que reflejaba cómo a psicópatas robotizados a aquellos que habían sido nacionales en la guerra civil. De nuevo manipulación del pueblo a través del cine y de la televisión para llevarles al pensamiento único, a que todos pensáramos de la misma manera, a que todos fuéramos unos borregos lobotomizados. Últimamente se nos trataba de inculcar con series y películas que ser homosexual era mejor que ser heterosexual y que el que no era gay no sabía lo que se estaba perdiendo. De nuevo control poblacional--sobre todo para que nadie tuviera hijos porque ya éramos muchos en el mundo-- de la masa, del pueblo. Tuvo que pasar mucho tiempo antes de que el periodista Rafael Palacios y otros cómo él destaparan esta situación, abriendo los ojos a la gente que entonces empezó a pensar por sí misma, pero en aquella época yo para Alicia, mucho me temo, era "Modosito".

Mi problema es que yo no tengo término medio o soy muy tranquilo o me pongo muy violento y la situación aquel día me enuereció y entonces yo revisé el dinero que tenía en la cartera y comprobé que tenía suficientes billetes cómo para pagar la habitación de un hotel y no puede por menos que convidarla a que nos acostáramos juntos.

--No lo entiendo...hace poco me pedías matrimonio cómo si fueras un caballero cruzado y hoy me exiges que me acueste contigo en el cuartucho de una pensión...

Sonreí un poco irónicamente y lo dejé estar, salimos a dar un paseo y nos dirigimos a Plaza de España, ella me preguntó si me quedaba un poco de maría y yo dije que sí. Ella pretendía que nos fuéramos a relajarnos un poco a los bancos de piedra de la plaza en un lugar donde no pasase mucha gente más hacia el interior, donde justamente se encuentra una gran bandera de España y a la gente le debe dar cómo mal rollo estar allí y por eso era un sitio muy poco concurrido, un lugar que era para nosotros. Ese día no hacía ni frío ni calor pero ella venía vestida con un conjunto de una pieza de color azul y con un poco de escote, eso me animaba a pensar que en el fondo no la desagradaba estar conmigo. Me pilló dos veces mirándola el escote pero no le importaba en absoluto. Tampoco se indignó tanto cuando la dije que quería acostarme con ella, de repente pensé que ella me estaba llevando hacia dónde ella pretendía. Me fijé en que se había hecho un tatuaje en los tobillos y me dio qué pensar. Quizás siempre los había tenido y yo nunca me había dado cuenta.

Una vez que estuvimos sentados fumando un poco ella me preguntó que qué pensaba sobre lo que había estudiado, que si había servido para algo.

--Mi Formación Profesional de Imagen y Sonido--contesté--no ha servido para nada, los trabajos que eran para la gente de Formación Profesional de Imagen y Sonido, lo están haciendo los licenciados en Comunicación Audiovisual, por eso esa FP se va a extinguir, ya no habrá más cursos del tema. Y lo mismo  ha pasado con la Formación Profesional de Administrativo que están trabajando de ello los licenciados en Ciencias Económicas y Ciencias Empresariales. Así que ahora para ser Técnico de Imagen y Sonido exigen a un licenciado en Comunicación Audiovisual y luego para ser administrativo te piden el título de al menos Ciencias Empresariales. Por eso estudiar FP en España no sirve para nada, los trabajos se lo dan a la gente que tiene una formación superior.

--¡Porque ya somos mucha gente!--dijo Alicia dándole una gran calada al porro--¡Por qué ya somos demasiados y sobramos gente!--y volvió a dar una gran calada a su porro.

Entonces entendí que las cosas no se solucionan fumando porros, pero al menos así estás más tranquilo. No me extrañaría que por eso un día legalizaran la marihuana.

--Yo he tenido suerte suerte de encontrar un trabajo de dependienta en una tienda.

--¡Porque eres muy joven y muy guapa! ¿Pero podrás seguir así toda la vida?

Alicia me miró un poco raro y no dijo nada, intuí que tenía planes sobre su futuro, planes que no me quería contar. La encontré un poco desasosegada, cómo si necesitara descansar más o tener más tiempo para divertirse sin necesidad de escuchar consejos.

Alicia en algún momento había iniciado una carrera de Letras, lo mismo que yo, y también en algún momento y por ponerse a trabajar, la había dejado, también lo mismo que yo. En España sólo el seis por ciento de los alumnos que acaban el Bachillerarto está capacitado para estudiar una carrera de Ciencias, por eso la gente científica no sufre nunca desempleo y en cuánto a los demás...nos espera el funcionariado o la vida de artista.

Siempre he pensado cuál será el grave y serio problema de la educación en España para que sólo salga un seis por ciento del alumnado con capacidad para hacer una carrera científica...¡Las matemáticas, la física, la química...nadie las entiende! ¿Seremos realmente en España  todos unos bohemios o lo que pasa es que acusamos una gran falta de inteligencia?

Habría que ser humilde y debatirlo, las encuestas, los datos, están ahí y son estremecedores.

Después Alicia y yo hablamos de un libro que habíamos leído los dos: "El camino del guerrero espiritual". En ese libro se indicaba que había un tercer camino: el primer camino era aliarse con los amos del mundo que detentan el poder y perder así tu alma pero obtener dinero y beneficios y prestigio social. El segundo camino era combatir a los amos del mundo y así ser digno pero ser sin embargo pobre e infeliz y estar siempre en problemas. Y el tercer camino, el camino del guerrero espiritual, consistía en cambiar en ti aquellas cosas que te molestaban de los demás y en ser cada vez mejor persona y más espiritual y más acendrado y más puro y ni aliarte con el poder ni combatirlo.

--En el fondo es un libro para que no actuemos contra el sistema--. Me dijo Alicia.

--¡Y para que no hagamos ningún tipo de violencia contra nadie, para que sólo nos ocupemos de nosotros mismos y de cambiar sólo nosotros mismos!--.Contesté yo.

--¡Es un libro que elimina aquello que se llamaba "conciencia social" y los sustituye por una "conciencia personal" que no interactúa en el mundo.

--¡Manipulación, pura manipulación!--. En aquella época todo me parecía manipulación...¿Por qué quería ser tan libre? ¿Para fumar más porros? ¡Si en el fondo yo no quería cambiar las cosas, sólo que me publicaran unos poemarios y un par de novelas, lo demás me daba igual!

Había algo en mi ciertamente rebelde bajo la costra de persona responsable y sucintamente conservadora, esa rebeldía afloraba en mi en mis peores momentos pero no tenía dirección, ni encontraba ni quería culpables.

Luego se publicó un libro que hablaba exactamente de lo mismo y que se llamaba "El camino del mago" y que era más de lo mismo: mejorarse cómo persona teniendo ahora experiencias en el plano astral y mental, diluyéndote por otras dimensiones, pero sin rebelarte contra el sistema creado por muy injusto que fuera porque era inútil y no tenía sentido y además había que buscar tus propios medios para crear tu propio sueño, pues el mundo no es real...y si el mundo no es real...¿Para qué vas a rebelarte contra él?

6

Mi fantasía sexual era ser Obispo y follarme a alguna de las putas caras que hay en el Vaticano. Siempre quise ser cura para irme de putas. La vida que siempre quise tener fue la de sacerdote que se alivia sus concupiscencias con prostitutas finas pero nadie lo sabe. Cuando me llamaron para ingresar en el seminario yo desistí porque en el fondo estaba avergonzado de la vida que quería llevar, porque en el fondo estaba avergonzado de mi proyecto de vida que consistía en ser un sacerdote putero. Por una cuestión de coherencia en el último momento no ingresé en el seminario a la edad de dieciséis años, decisión que me habría de pesar toda la vida pues siempre mi forma de ser ha sido la de un sacerdote que acudía a los servicios de prostitución y que daba sermones morales una y otra vez y una y otra vez esperando que los demás fueran mejores y también siéndolo él mismo hasta que por necesidad corría a refugiarse en los brazos de mujeres de mala de vida.
Luego también estaba el vino de misa, muy rico.
Ahora pienso, tal y cómo está el mundo y tal y cómo hemos vivido, que no hubiera sido ningún crimen llevar a cabo mi proyecto de vida de sacerdote putero aunque siempre pienso que en el fondo lo que subyacía de todo ello era una completa aversión al sacramento del matrimonio en el que nunca creí y que sin embargo recomendaba para los demás por ordenamiento social aunque yo nunca creyera en ello. No sé si todo eso me convertía en un ser abyecto pero a estas alturas de mi existencia ya me da igual. El personaje de sacerdote putero ha sido el que he llevado ejerciendo durante toda mi vida y rodeado siempre de los chicos más malotes del instituto y de las chicas más indecentes de la universidad, cuando tenía tiempo y ganas trataba de convencerles de que se fueran por la vereda del buen camino, que adoraran y que alabaran a Dios, que era nuestro Redentor y que fueran buenas personas.
Nunca me casé, nunca quise casarme. Siempre fui un buen cristiano, con mis defectos pero un buen cristiano. Y siempre me gustaron las prostitutas.
Nunca comprendía cómo la gente podía casarse, nunca comprendí cómo la gente podía llevar treinta, cuarenta, cincuenta años de matrimonio, intuía que había mucha falsedad en todo ello, mucha hipocresía y que no era algo natural. No. Siempre el matrimonio me pareció lo más antinatural del mundo, sin embargo lo recomendaba para los demás por ordenamiento social. Pero a mí no me servía.
Con todo ello no fue muy extraño que me convirtiera en el confesor de Alicia y que pronto me acabara contando todos sus secretos, los más sublimes y los más perversos.

7


Por aquella época yo había destruido mi novela "El malabarista" por considerar que era muy mala, pero para entonces ya había escrito 250 páginas de una novela que era un auténtico tostón. Fue entonces cuando recordé que en el cine Cervantes de Castilla echaron "Embajador en Oriente Medio" y que fue una película que me gustó mucho, después del cine me tomé un para de cervezas yo solo recordando el film y pasé un buen rato dos veces. Había cines en Madrid a los que podías ir en horario de mañana y eso me gustaba mucho, y así fue cómo solía mirar un par de películas al día la de la sesión de las diez y media de la mañana y la de la sesión de las doce o las doce y media. En aquella época yo iba mucho al cine en la conciencia de que tenía que cultivarme mucho y tener cultura audiovisual si quería ser un buen guionista de cine y me convertí en un cinéfilo que se tragaba incluso auténticos bodrios en la idea de que no era cine comercial y por lo tanto era bueno, pero no todo el cine comercial es bueno lo que sucede es que al final contando uno con sus propios medios nunca llegará a hacer cine comercial y de esa forma se asimila y se acepta el cine que no lo es, pero en estricta justicia en esa modalidad hay auténticos rollazos, lo que pasa es que la gente nunca lo decía porque era cómo pasar por inculto, era esa una de las tantas modas de artisteo de la ciudad de Madrid y con el tiempo al final comprendimos todos que estábamos inmersos en una gran mentira para ser consumidores del cine que no se solía consumir, lo que siempre era bueno para la industria del cine, sobre todo del cine independiente.
Así, con cada cine teniendo su público, el negocio estaba asegurado.
Pero yo sabía que así estaba actuando bien, que así yo era bueno y ser bueno me importaba. Esta conciencia de querer ser bueno, de querer hacer el bien, se fue perdiendo con el tiempo. Recuerdo a los chicos malos de los pueblos de Castilla que no iban a misa y se iban de putas y se emborrachaban con frecuencia, esos chicos se creían que eran malos, tenían conciencia de obrar mal, tenían incluso dolor de conciencia y eran conscientes de que estaban andando por el mal camino. Luego todo eso se perdió y nadie sentía que estaba haciendo algo que estuviera mal por no ir a misa o por emborracharse o por frecuentar prostitutas e incluso por drogarse y luego llegó la mentira, la costumbre de la mentira y la mentira condujo al desastre. Ya no había relaciones sinceras, las parejas se engañaban, había mentiras en los grupos de amigos y mentir se convirtió en algo más que en una forma de supervivencia, mentir fue una costumbre y así fue cómo la mentira se instaló en la sociedad y al final nuestros gobernantes nos engañaron y al final nuestros políticos nos engañaron, pero los políticos son un reflejo de nuestra sociedad. Los hijos engañaban a los padres y los padres engañaban a los hijos, se engañaba en las escuelas a los alumnos y los alumnos mentían a sus maestros y todo se tuvo que controlar y finalmente la sociedad acabó pidiendo papeles de todo aquello que eras, de todo aquello que había hecho, de todo aquello que había sido y sin esos papeles que certificaran que estabas diciendo la verdad tu palabra no valía nada. El médico ahora te pide que le lleves un informe médico, un historial médico de tus enfermedades y dolencias, antiguamente se le contaba al médico que era lo que te pasaba y el médico simplemente te creía, ahora tienes que ir con tu historial médico por delante, con tu historial educativo por delante y si se pudiera certificar un historial amoroso, erótico o sexual, también se nos exigiría. Y por supuesto ningún delincuente lo es si no hay por delante un historial delictivo en manos de la policía o en manos de los jueces.


Yo era católico porque pensaba que ser católico era hacer lo que te diera la gana y luego que el sacerdote te lo perdonara todo mediante una confesión, realmente el universo no funciona así. Yo me creía muy bueno por ir a misa todos los domingos y comulgar y luego contarle mis pecados al sacerdote pero durante toda la semana hacía que la lista de mis pecados fuera en aumento y luego Dios me lo perdonaba todo por medio del cura cuando me confesaba cada dos o tres meses, realmente el universo no funciona así.
Lo que sucedió es que antes de que los curas me pidieran entrar en el seminario estuve de chufla en un colegio de curas durante más de dieciéis años. Los curas me dejaban hacer de todo: fumar, beber, llevar revistas pornográficas, pirarme las clases con los amigos, ir de verbena en verbena haciendo el canelo...¡Me dejaban hacer de todo porque yo era el monaguillo que asistía las misas y estaba en cierta manera bendecido por Dios! No es lo mismo ser católico que ser católica, los chicos de mi generación han estudiado en colegios religiosos y los sacerdotes les dejaban hacer de todo, mientras tanto las chicas estudiaban en colegios de religiosas y las monjas las tenían a raya y no las dejaban moverse un pelo...¡Así hemos salido todos los de la generación del setenta, sobre todo ellas...pero creo que antes en España fue peor, fue mucho peor, aunque creo que los sentimientos religiosos entonces eran mucho más auténticos, más de veras! Es porque pienso que antes existía aquello que se llamaba TEMOR DE DIOS, ese sentimiento se ha perdido y la gente ya no le tiene miedo a los castigos divinos, a los castigos que vienen del cielo para que te enmiendes, a los castigos que vienen del cielo para enmendar personas pero también naciones...¡Incluso puede venir un castigo para el mundo por su mal comportamiento global! Pero ya la gente no cree en eso, ya no existe el TEMOR DE DIOS...La generación de mis padres y de mis abuelos crecieron pensando que si hacían algo mal Dios les iba a castigar, Dios iba a ser muy severo con ellos...¡Así que había que ser bueno para que Dios no te enviase sus castigos! Ese sentimiento se ha perdido completamente.
Sin embargo fue cuando dejé de ir a misa y fue cuando amplié mis conocimientos religiosos y esotéricos cuando realmente comencé a portarme bien y a ser una persona sensata, porque realmente sí que existe en el universo un castigo para la gente que se porta mal, se llama karma...y por ejemplo si conduces borracho pues un día te matas con el coche, eso es karma...El karma ha substituido al temor de Dios, el karma es ahora temor de Dios y en eso sí que cree la gente, sobre todo porque también existe un karma positivo que es cuando el universo te recompensa por tus buenas acciones, por tus buenos actos...¡Así que hemos vuelto a creer en los castigos divinos, pero esta vez los llamamos karma y cómo es una idea de una filosofía más que de una religión, de un conocimiento o knowledge más que de un hecho religioso, pues entonces creemos en ello...y en eso estamos!
Hay unas leyes kibliónicas o kibaliónicas en el universo que son inabarcables e inaplazables y en eso cree todo el mundo...¿Entonces por qué estamos cómo estamos? ¡Porque somos humanos!


Alicia y yo nos enteramos de que habían sido los socialistas los que habían puesto las bombas en los trenes de Atocha para que el Partido Poular perdiera las elecciones y por eso lo hicieron dos días antes de las elecciones, para ganar ellos. Alicia y yo estábamos tan horrorizados cuando nos dimos cuenta de ello que estuvimos a punto de marcharnos de España. El periódico que estaba destapando esta trama era el diario EL MUNDO de mano de su director Pedro Jota, a Pedro Jota poco después le atacaron por eso, le pusieron en evidencia, le tendieron una trampa y al final le acabaron destituyendo y nunca se pudo saber con certeza si los socialistas habían sido los que habían puesto las bombas en los trenes de Atocha o no, sin embargo Alicia y yo estábamos seguros de que había sido así. Me di cuenta de que España era un lugar horrible con mafias que eran partidos políticos, con mafias que se atacaban entre sí a costa incluso de grandes perdidas de vidas humanas si era preciso. Realmente lo que sentimos fue miedo. España entonces se dividió entre los que pensaban que los socialistas habían puesto las bombas en los trenes de Atocha y los que no. Al final la gente, con el tiempo, acabó pasando del bipartidismo PP-PSOE y buscando otros partidos políticos a los que dar su voto, pero el número de indecisos creció tanto cómo los que ya jamás volvieron a creer en la democracia y cuando llegó internet con tus teorías de las conspiraciones y los arribismos y mamandurrias al final lo que resultó de todo ello es que la gente dejó de creer en la democracia y se puso a un paso del fascismo y a un paso del anarquismo, para entonces ya se veía que iba a haber en España un conato de guerra civil y en el mundo una suerte de tercera guerra mundial, y hasta la fecha.
  TODO ESPAÑOL TIENE EL DERECHO Y EL DEBER DE DEFENDER A ESPAÑA, ASÍ ESTÁ RECOGIDO EN LA CONSTITUCIÓN...¿PERO QUÉ PASA CUÁNDO SON LOS PROPIOS GOBERNANTES LOS QUE ATENTAN CONTRA LOS INTERESES DE ESPAÑA? ES TAN COMPLICADO QUE AL FINAL PASAS DE TODO, TE HACES UN ALCOHÓLICO Y TE BUSCAS UN TRABAJO SENCILLO Y ACABAS SIENDO UN PASOTA QUE FUMA PORROS EN UN CUARTUCHO ALQUILADO, DESCARGÁNDOTE SERIES POR INTERNET Y VIVIENDO EN TU MUNDO.

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