Las raíces en medio crecen por nuestro ser abierto, abriendo un recorrido con agua nueva, espejos de mundos, silencios en la oscuridad y voces en la luz, emociones que avanzan desde lo nuevo y no desde lo ya empezado. El tiempo es redondo. La mente se mueve en una dirección extraña, el alma entra en zonas de sombra, la maestría se hace arena y la arena se convierte en un escudo.
Llega el día de la extensión y en él estamos cómodos,
brilla la luz interior en la mente desprogramada,
sientes que lo correcto a tu manera nunca funciona,
abajo la comunidad viste sus uniformes,
las fogatas encendidas en la arena,
fuerzas superiores en una realidad que no es blanca ni negra,
nada aquí se acaba.
Lo que existe más allá de nosotros a veces se hace evidente,
dirigido por mentes cósmicas,
as negro en una carta roja,
la cuerda está colgada de la oscuridad,
la esquizofrénica realiza los dibujos de nuestra vida,
conocimientos y enseñanzas
de aquellos que se asoman a la locura,
fotografías polaroid en círculo
en el rayo creado del hermetismo.
Hablas más que el resto
pero nadie lidera nada
pero el reflejo no es sólido y se puede atravesar
cuando oyes una extraña música
de lo que ahora ignoras aún.
Una entidad gobernante más allá del tercer planeta,
bebo agua después de la lección del perdón
y el fenómeno se manifiesta.
Vivimos en un bucle que nos confina,
no hay un comienzo ni hay un final,
confunde un poco el cerebro que tienes,
soy el servidor de la máscara
en esta estructura universal.
El mundo ha entrado en otra dimensión,
el sueño sin dormir y sin abandonar tu sitio,
la oscuridad de colores.
