Lo primero que tenemos que entender es que la realidad es un convencionalismo, eso a nivel filosófico. Real es todo aquello que de común acuerdo apreciamos todos que es real. El ejemplo son los colores. No existen los colores en el universo sino una gran gama de grises y el blanco y negro. Sin embargo por nuestro diseño genético somos capaces de ver colores, sin embargo los colores no existen. Esto da una idea de lo que es la realidad, el filósofo Hume ya nos advertía de que nuestros sentidos podrían engañarnos y que nuestras percepciones podrían alterarnos la realidad final del mundo en el que nos circunscribimos.
El mundo funciona cómo un gran ordenador cuántico que se mueve por pulsos de energía, esos pulsos de energía crean la materia y la materia sumada en entidades de carbono vivas más complejas interactúa entre si.
Sin embargo propiamente dicho no hay materia sino energía y todo es energía con una densidad mayor o menor, la mayor densidad de energía crea lo que nosotros percibimos cómo materia pero que sin embargo no es tal, sólo energía moviéndose en unos parámetros de un rango que no entendemos.
Todo el universo es un simulación y detrás de él hay un gran programador, Dios, o Energía Consciente Infinita y nosotros actuamos movidos por el libre albedrío o eso es lo que nos pensamos pero la realidad es que en todo momento estamos cumpliendo la voluntad de un creador que es moralmente neutro y que juega con nosotros haciéndonos interactuar en un plan conocido o llamado Plan Maestro del que nosotros no tenemos ningún tipo de información.
Escuelas orientalistas del tipo Brahma Kumaris ya hablan de esta disposición, todo lo que hagamos estará bien porque es el fruto de la voluntad del creador que nos ha programado así para que alcancemos unas experiencias, todo estará bien pero todo tendrá consecuencias, al punto de que si obramos mal sufriremos las consecuencias de haber obrado mal, sin embargo habrá sido voluntad del programador del universo que nos dio ese recorrido en la vida.
Todo lo que hagas será lo que tenías que hacer.
Aquí surge el debate, el programador, Dios, es un ser moralmente neutro por encima del bien y del mal que tiene un programa para nosotros, para la humanidad, que no alcanzamos a comprender.
Todo lo que vemos existe y no existe, existe porque es una ilusión creada y la vemos real y por convencionalismo la llamamos realidad y no existe porque no existimos en este plano material sólo somos un aspecto de nosotros mismos en otra dimensión, el universo, soñando una realidad que no es.
Lo cierto es que somos mucho más grandes y poderosos de lo que nosotros nos hemos creído siempre, sólo un pequeño aspecto de nosotros mismos que a la vez es ilusorio se mueve en este plano físico, mientras nuestra verdadera existencia está mucho más allá en un lugar remoto y desconocido.
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