HIDROJESÚS
El viraje interior de la fuerza malsana, lejos de la tendencia al autocontrol.
Estalagmita moldeada en la pereza contra la sepsis del orgullo en constancia.
Rabia de la voracidad alcanzada y simple cuya guadaña aguarda en los momentos difíciles.
Oscuridad enterrada en la voz, sobredosis mística, aparición súbita de ti mismo.
Todo lo que existe parece ser todo lo que hay.
Cueva de fuego en la que creces pintado en la pared.
Los mundos que cargas se doblan en sombras azules que desaparecen contigo y en ti,
pero no pasa nada porque todo es confuso y no lo puedes entender,
vaciado de tu ego y colmado al mismo tiempo.
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