Las bestias no anidan,
camino negro que devuelve a la vida
con lo que nunca ha existido.
Alturas patateras.
Energía sin cabeza.
La hora de Israel.
Tal vez sea tu sueño
o te habrás vuelto loco
Este cobijo sentido como un disfraz para no ser
está sujeto a los caprichos de la soledad.
El abrigo de la multitud, al final de los años sobre los otros que son distintos,
comensales a otras mesas devorando piedras,
fuego interior del codo de tenista en días salvajes.
Conflicto de sitios y Garcías con gafas.
El calambre de la belleza,
las ciruelas echan chispazos,
una pescadería en el infierno,
es primavera ya,
mínimo elástico que se hunde en la tierra
ha crecido en la escala del mundo,
microhojales en flores de papel.
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