LOS OBJETOS PARÁSITOS
Los objetos son puntos
mientras los puntos mueven a la irrisión
y son condena de la gracia púrpura en la tumefacción
de los miembros prestados gastados por el uso,
unas caricias entre las risas de las chicas procaces,
una estrella negra en la neblina que tilila atrapada en un paño,
el lujo de despertar y seguir siendo el mismo
que rompe siempre los ceniceros, que abre los botellines con los dientes
y apreciar en la forma gastada de la aurora el sonido terrible de una moto que pasa
portando extrañas vidas que jamás conocerás,
ese sonido que se produce al clavar un cuadro y que te aturde la cabeza,
casi por estar mal o girar la cabeza para ver las palmeras y encontrarse distinto
y reconocerse otro en las canciones del pasado que llevamos a cuestas
y luego el agua tiene de repente otro sabor, sabe diferente.
Los que hemos sido que se han nutrido de nuestro pasado,
nos representan como siempre desde otra luz helada
dónde es difícil romper el sentido que se le daba a todo
pero ya no imposible,
ángeles sobre las camas estirando la goma que habla y suda
y se siente feliz.
Fe,que de tanto escucharla a mi alrededor,
de tanto escucharla desde mi sillón,
la fe se hizo otra cosa que requería mas fe,
un viaje a la estación para no coger ningún tren,
un paseo por un campo sin árboles,
bailar una canción sin música ni ritmo ni movimientos,
andar descalzo sobre un camino invisible sin final ni destino,
escapar de todo sin saber lo que es todo ni lo que es escapar,
mirarse en unos ojos que no están viendo los míos.
Letanía insonora de silencio de ruido,
desmañadas sinfonías de errores que se perpetúan pero luego no están.
Sólo sirve para mi voz
la verdad del alma.
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