Vistas de página en total

sábado, 7 de enero de 2017

DE PINTAS EN LOS TIEMPOS PASADOS

Masas improductivas por toda Europa y por toda España. Masas improductivas y prescindibles destinadas a convertirse en carne de cañón y ahora que lo menciono el problema ya se sabe que será dotar de sentido las vidas de las masas ociosas, pueden dedicarse a la poesía o a la novela. Las masas ociosas pueden hacer literatura, pueden tener varios blogs pero me temo lo peor y es que un día nos quedemos sin internet pero debemos estar tranquilos porque ya nos inventarán otra cosa para que estemos entretenidos. Masas ociosas y sin trabajo, personas prescindibles socialmente y se complica el asunto. Veremos. Fantasía puede ser la solución,  imaginación puede ser la solución... Y menos tecnología y más cerebro y vendrán cosas nuevas y cosas buenas.
En La Pinta estuve una vez, en alguna ocasión, llevaba unas cartas. Y luego otra vez, en otra ocasión. El bar La Pinta de Pucela, me gustaba. Antes me gustaba el queso de cabrales, pero ahora menos. Me gustaba La Pinta, sobre todo las dos primeras veces que estuve. Creo que eran navidades o mediados de enero. Es muy bonito Valladolid en invierno e ir por sus bares de botellines. La gente entra en los bares y no se quita la gorra, no se quita el gorro y eso es cómo si les compensase. Es bueno así. Y se vive bien así y se vive bien de todas las maneras y es algo atávico desde los tres últimos años, desde que el tiempo está vacío. Antes salía por el Trocadero de Pucela y por el Penicilino y luego, por supuesto, cambié a La Pinta, porque la gente no se quitaba el gorro.  
Venían buenas noticias, a la gente le devolvía dinero los bancos por su cláusula suelo y entonces le entró mucho dinero a propietarios de pisos en Valladolid y eso se notaba en la calle.
Nadie se preocupaba.
Ahora mis poemas eran cómo canciones, eran cómo hermosas canciones de rock. Mi etapa más rebelde había quedado atrás y ahora escribía canciones, no podía entenderlo.
Las chicas eran muy guapas en La Pinta, por lo menos había tres y trabajaban todas muy bien, tenían mucho recorrido.
Sabiéndolas llevar uno se lo pasaba muy bien, todo era un descanso. Mujeres muy agradables de trato.
Tan sólo me tomaba un par de cervezas en ese bar. Pero tostadas. 
Jopé, había gente que tomaba cafés a las ocho de la tarde.
Creo que empiezo a entender todo el esfuerzo y trabajo de este bar, de La Pinta. Nadie tenía las manos atadas.
Es bueno ser de forma abierta y amable, aunque no siempre se pueda.
Mi nuevo poemario me recordaba a los poemas que escribí en el año 2001 y de alguna manera sentía la misma energía. Un poco de enclaustramiento y trabajo y el frío aire invernal. De alguna manera la misma energía pero otra época del año. Despertar de un mundo de ilusión y llevarlo a la práctica y ser bueno con ese cometido tan especial y tan artístico y quizás menos dinero para gastar o quizás más dinero para gastar, yo creo en esto último. Pero estoy bien y estoy conmigo y me siento fuerte y así dibujo mi destino o un destino nuevo en un reciente poemario que reinará pero que todavía no existe, un nuevo nacimiento que irá a más y estaremos tranquilos y los enfermos se pondrán bien y su poder seguirá creciendo y cerramos puertas y algunos limitan nuestro contacto y de otra manera las cosas no saldrían igual pero todo es un juego inseparable del deseo, sentir y saber..
La genialidad y también cumplir los mandamientos de las leyes de Dios. La genialidad no está reñida con cumplir los mandamientos de las leyes de Dios. En un tiempo, cerca de mis veintitrés años, escribí mis mejores poemas y relatos al tiempo que guardaba los mandamientos de la ley de Moisés. Entonces sin relacionar ambas cosas no digo que estén reñidas. Es cierto, se pueden guardar los mandamientos mosaicos y al mismo tiempo y sin problemas ser un gran escritor, pues el relato, la poesía y la literatura son otros mundos en los que no imperan las mismas reglas para el mundo real ni ser verbalizan, mucha gente desconoce ésto. Pero quizás todo no sea más que un pensamiento. Pero quizás todo no sea más que un pensamiento más, aunque mayor...¿Por qué todo ésto? Quizás porque los tiempos que corren exigen una mayor responsabilidad, siempre hay un precio para una cosa y para la otra. El mundo va a entrar en una gran confusión y tenemos que estar preparados...¿Pero preparados para qué? Pienso que preparados para lo peor. Pienso que preparados pero al peor de los escenarios posibles, sin preguntas. Simplemente saber cómo estamos ya. Preparados para pasar una guerra, hambre y sed. Sin comentarlo. Sin decirlo. Escasez de alimentos. Escasez de agua potable. Pérdida de vidas en masa. ¿Y seguir escribiendo poesía entonces? No sólo por la importancia que tiene sino porque no se sabe hacer otra cosa y sobre todo porque lo que se sabe hacer, da sentido a la vida. No es por el público o la audiencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario