ROBLES DIFUNTOS DIFUMINADOS EN LA ESCARCHA
Una experiencia atrasada con un nombre atado al candelabro
Para abrir una forma sin forma en el canal del ruido
Dentro de lo que todo desfallece y se transforma
Pero sin andarinas, argucias ni imprecación,
Alto voltaje de la palabra hecha hostia
En el recrudecido despertar del que aparece y no siente
Y quema las palomas de las palabras con su orina tóxica
Dentro de las plataformas de los muelles donde nuestras meninges descansan
Y gasta la fibra del agua en el verterse reunido
Para no descalzar a los pues que se arrastraron
Ni abrir las bocas de las heridas que sangran
Mucho más lejos ya
Y mirando las persianas de acero subidas
Atentos a una absorción de ideas donde nada cambia
Y el garfio de la vida te abre las entrañas caídas ya
Hacia la parsimonia del bálsamo de conocer
Y de encontrar medida refugiada
Pues una coliflor es una flor
Y unos paraguas pueden ser unas brasas
En una fiesta de la playa
Y contubernios
Pueden ser nuestras llagas doradas
Y nuestra ausencia maniatada y consentida.
Dejo el hacer para el hacer de otros,
Dejo la pala de la palanca en la palanca que abre el olvido
Y es otra luz la que se expresa con el peso de la cama arrimada
Y el vino turbio de la peonza en camisón
Para la nada la nada basta y se asemeja
A una escala de cuerdas por la que trepas
Para no alcanzar sueño ni dicha
Ni anhelo ni caricias ni robles difuntos difuminados en la escarcha.
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