LA CIUDAD DEL PÁNICO
Soy parte de la hierba,
nadie me puede matar.
Fábula que torna caldero mágico.
Dedos que entran en la espuma y abren los días.
La casa de la ventana que te ve entrar.
Cansado o no, enérgico o no.
Cambiante con aquello que veo.
Aceptación de la incredulidad de la gente ante el sueño en que se ha convertido tu vida
y que no te ha traído nada,
ni un cuchillo ni una pistola ni otro juego
que se apaga en el asesinato misterioso que se llama fuera de la moda
y que no es exacto ni en la mente de Alberto ni en su sintaxis.
Unos pocos locos podrían resolver este problema
incluso desde los asientos de sus coches.
Martinis en tarimas de maderas oscuras.
Para qué variar.
EL AUTOR DEL BLOG ADIVINA TU FUTURO MEDIANTE EL TAROT. Contactar primero al correo electrónico, gracias.
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miércoles, 26 de febrero de 2020
domingo, 23 de febrero de 2020
CON ÉSTO QUEDAN DIVISADAS LAS MÁQUINAS
CON ÉSTO QUEDAN DIVISADAS LAS MÁQUINAS
Lo que el alma pordiosea en un negruzco pozo,
lo que levanta el enojo del iracundo,
la hebilla de plata plantada en el jergón,
coral de voces amalgamadas y hambrientas
que descansaban en la figura acorralada de su honestidad,
lo que vuelve miasma la dulce fruta,
el aguardiente que nos da más sed.
Con ésto se divisan las máquinas,
su fuerza es otra.
Lo que el alma pordiosea en un negruzco pozo,
lo que levanta el enojo del iracundo,
la hebilla de plata plantada en el jergón,
coral de voces amalgamadas y hambrientas
que descansaban en la figura acorralada de su honestidad,
lo que vuelve miasma la dulce fruta,
el aguardiente que nos da más sed.
Con ésto se divisan las máquinas,
su fuerza es otra.
UN AGUJERO QUE LLENA NUESTRO MUNDO
UN AGUJERO QUE LLENA NUESTRO MUNDO
El lago helado de mi cabeza en la última intersección,
la última señal de una vida que escala y que culmina,
es la apariencia a deshoras de lo que encuentra otro camino,
es el sino nuevo en que perderse y ser para cambiar
pero en la manera de lo que nunca acaba,
pero en el sitio sacado de quicio
desde el vértice de la inconstancia al nudo de las casualidades
y también con aquello que echas en falta
junto con todo lo que aún podría perdurar.
Un agujero llena nuestro mundo,
bajo el estiércol florecen las rosas.
El lago helado de mi cabeza en la última intersección,
la última señal de una vida que escala y que culmina,
es la apariencia a deshoras de lo que encuentra otro camino,
es el sino nuevo en que perderse y ser para cambiar
pero en la manera de lo que nunca acaba,
pero en el sitio sacado de quicio
desde el vértice de la inconstancia al nudo de las casualidades
y también con aquello que echas en falta
junto con todo lo que aún podría perdurar.
Un agujero llena nuestro mundo,
bajo el estiércol florecen las rosas.
domingo, 16 de febrero de 2020
LA CRUZ DE LOS REYES DEL HORMIGÓN
LA CRUZ DE LOS REYES DEL HORMIGÓN
Desde luego las exageraciones que nos comen
luego atienden la tienda que plantamos ante pies extranjeros,
colaboración que entona y que no es mala,
urracas buscando paracetamol y octalidón en su infancia.
Queda la pereza que nace envidiando
las flores incapaces de oler que ya no dan olor,
la farsa llega a la azotea de tu cabeza, zumba entre tus orejas,
tus espaldas quemadas por una luz muy fría a la que llamas el sentido común,
el sueño que hace trizas los vasos,
los que levantan su cabeza sin conocer su sino.
Viaje al caparazón de una música antigua que te acaricia.
Mollejas para merendar.
Todo es un proceso de los canales rocosos y el ancho mar,
por lo demás también es un juego.
La cruz de los reyes del hormigón,
la ducha fría del que nunca se sabe,
el que se guarda veinte euros para putas baratas,
el que vuelca su fantoche en la tarde llenándose la boca con las espumas,
el que es calvo y se pone un sombrero,
el que es bajito y pone alzas a sus zapatos,
las mujeres que se pintan los labios de rojo.
Perfumes en oferta,
Marujas cenicientas.
Punto de luz en el punto de luz.
Viaje de los sentidos.
Las eléctricas médulas.
Las divertidas asociadas del cristalero frente al colegio
y los que comen agradecidos delante de una foto,
aquel que quiso ser un buen torero y ya no te molesta más porque ya está borracho,
el que ganó el concurso de acordeonista en su pueblo y nunca se cansa de recordarlo.
Desde luego las exageraciones que nos comen
luego atienden la tienda que plantamos ante pies extranjeros,
colaboración que entona y que no es mala,
urracas buscando paracetamol y octalidón en su infancia.
Queda la pereza que nace envidiando
las flores incapaces de oler que ya no dan olor,
la farsa llega a la azotea de tu cabeza, zumba entre tus orejas,
tus espaldas quemadas por una luz muy fría a la que llamas el sentido común,
el sueño que hace trizas los vasos,
los que levantan su cabeza sin conocer su sino.
Viaje al caparazón de una música antigua que te acaricia.
Mollejas para merendar.
Todo es un proceso de los canales rocosos y el ancho mar,
por lo demás también es un juego.
La cruz de los reyes del hormigón,
la ducha fría del que nunca se sabe,
el que se guarda veinte euros para putas baratas,
el que vuelca su fantoche en la tarde llenándose la boca con las espumas,
el que es calvo y se pone un sombrero,
el que es bajito y pone alzas a sus zapatos,
las mujeres que se pintan los labios de rojo.
Perfumes en oferta,
Marujas cenicientas.
Punto de luz en el punto de luz.
Viaje de los sentidos.
Las eléctricas médulas.
Las divertidas asociadas del cristalero frente al colegio
y los que comen agradecidos delante de una foto,
aquel que quiso ser un buen torero y ya no te molesta más porque ya está borracho,
el que ganó el concurso de acordeonista en su pueblo y nunca se cansa de recordarlo.
miércoles, 12 de febrero de 2020
martes, 11 de febrero de 2020
METABÓLICO
METABÓLICO
Idea en la esquina sombría que se precipita sobre la tierra,
la expresión que no es tuya en el rostro que no te pertenece y que se sorprende por el camino,
antes de que pisaras las losas de la iglesia,
antes de que vivieras de más sobre las sombras,
antes de que bajaras por esas escaleras oscuras.
Nietzsche decía que el espíritu es como un gran estómago.
¿Qué puedes digerir?
La química traumática de la esencia vital
en los asaltos metemanos comprobados
dilucidan un rubor turbio acosado en el pleno al quince
con atún para cenar y Netflix e internet
en el país que se ha guardado sus comodidades que mueven a Alvarito
con guardapolvos de tela y libros esotéricos. Esencias para sentirse grande, galletas de canela con el café.
Idea en la esquina sombría que se precipita sobre la tierra,
la expresión que no es tuya en el rostro que no te pertenece y que se sorprende por el camino,
antes de que pisaras las losas de la iglesia,
antes de que vivieras de más sobre las sombras,
antes de que bajaras por esas escaleras oscuras.
Nietzsche decía que el espíritu es como un gran estómago.
¿Qué puedes digerir?
La química traumática de la esencia vital
en los asaltos metemanos comprobados
dilucidan un rubor turbio acosado en el pleno al quince
con atún para cenar y Netflix e internet
en el país que se ha guardado sus comodidades que mueven a Alvarito
con guardapolvos de tela y libros esotéricos. Esencias para sentirse grande, galletas de canela con el café.
viernes, 7 de febrero de 2020
LA REALIDAD ES UN SUEÑO QUE TENEMOS TODOS
LA REALIDAD ES UN SUEÑO QUE TENEMOS TODOS
La realidad es un sueño que tenemos todos,
avión que corta el cielo sin ningún distintivo,
en el fondo la Belleza es como estar ciego,
escomo estar reunido
con los dueños del abismo
y pactar un final blanco prometido
y dulcificado
que nos lleva a ésto que no es otra cosa que recordar
que el mundo de los sueños está más presente que nuestra ética
y que lo que no vemos aún vale mas.
Por el resto puedes pensar en manías
para el mundo de la apariencia
para pasar la vida
sin diatriba fundamental pesan los días claros en su perfume cloroformo de lluvia que se presenta
con espasmódicas figuras que te señalan y te siguen
en el reloj que da las cuatro,
en ese niño que eres tú y te estaba llamando,
buenas cervezas mientras otros beben cocacolas y el guión de tu vida lo escribes tú,
teutonas alemanas que ya no quieren saber nada
y los pies que ya no te hacen caso,
ensaladilla cocinada en el garaje de algún lugar,
chicas currando en algo,
vagos fumando.
La seguidilla entre los armazones sucios
que se cierran en los dientes potentes
entiende la virtud sobre lo que se siente
con una extremada sed de vida que nos ampara en lo vegetal
y todo el mar pendiente que disfraza los eventos cobrados de color rosa
en la intimidad del campo con la puerta con el pomo roto.
Hay dos sombras que se asemejan y aciertan mientras repito lo mismo bajo el pasadizo,
cubre las ideas una lava verde que pudren las arenas de las mareas,
vino de Jerez, dolorido irrisoriamente
con cabezas que saben escuchar.
La realidad es un sueño que tenemos todos,
avión que corta el cielo sin ningún distintivo,
en el fondo la Belleza es como estar ciego,
escomo estar reunido
con los dueños del abismo
y pactar un final blanco prometido
y dulcificado
que nos lleva a ésto que no es otra cosa que recordar
que el mundo de los sueños está más presente que nuestra ética
y que lo que no vemos aún vale mas.
Por el resto puedes pensar en manías
para el mundo de la apariencia
para pasar la vida
sin diatriba fundamental pesan los días claros en su perfume cloroformo de lluvia que se presenta
con espasmódicas figuras que te señalan y te siguen
en el reloj que da las cuatro,
en ese niño que eres tú y te estaba llamando,
buenas cervezas mientras otros beben cocacolas y el guión de tu vida lo escribes tú,
teutonas alemanas que ya no quieren saber nada
y los pies que ya no te hacen caso,
ensaladilla cocinada en el garaje de algún lugar,
chicas currando en algo,
vagos fumando.
La seguidilla entre los armazones sucios
que se cierran en los dientes potentes
entiende la virtud sobre lo que se siente
con una extremada sed de vida que nos ampara en lo vegetal
y todo el mar pendiente que disfraza los eventos cobrados de color rosa
en la intimidad del campo con la puerta con el pomo roto.
Hay dos sombras que se asemejan y aciertan mientras repito lo mismo bajo el pasadizo,
cubre las ideas una lava verde que pudren las arenas de las mareas,
vino de Jerez, dolorido irrisoriamente
con cabezas que saben escuchar.
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