CON ÉSTO QUEDAN DIVISADAS LAS MÁQUINAS
Lo que el alma pordiosea en un negruzco pozo,
lo que levanta el enojo del iracundo,
la hebilla de plata plantada en el jergón,
coral de voces amalgamadas y hambrientas
que descansaban en la figura acorralada de su honestidad,
lo que vuelve miasma la dulce fruta,
el aguardiente que nos da más sed.
Con ésto se divisan las máquinas,
su fuerza es otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario