Ana y los lobos.

A los niños se nos ponían canciones infantiles hasta los catorce años y crecíamos escuchando a Enrique y Ana a Parchís y a Rosa León y a los payasos de la tele. Tendría yo catorce años, repitiendo octavo de EGB, cuando escuché por primera vez a un grupo musical adulto que creo que era Mecano. Sí, Mecano, probablemente. A mis padres no les hizo mucha gracia que yo escuchara música para gente mayor pero estaba a punto de entrar en el instituto. Se vivía completamente infantilizado entonces, se era niño mucho tiempo, la infancia duraba mucho y la adolescencia terminaba pasados los treinta años. Ibas al cine con los amigos a ver películas infantiles y para adultos no. Con quince años mis amigos y yo decidimos ir a ver una película de personas mayores, se titulaba "Ana y los lobos" Cuando estaba con mis amigos en la cola del cine llegó el padre de uno de mis amigos y nos sacó a todos de la cola del cine a gritos y escandalizado.

Ya con catorce años fui a ver al cine " E.T, el extraterrestre" y fue toda una pasada para mí, un despertar de la conciencia, la película más adulta que había visto hasta ahora. Recuerdo que antes iba a cine con mi madre a ver las películas de Supermán y de Tarzán y viendo con mi madre una película de Tarzán nos tuvimos que salir del cine porque le parecía violenta. Con una excursión del colegio fuimos a ver una película del Oeste de unos bandidos que roban un tren, en un momento dado alguien se llevaba un tiro en la cabeza. Fue un escándalo muy sonado que los curas nos hubieran llevado a ver una película donde alguien se llevaba un tiro de mala manera...¡Pero es que era una película del Oeste! Tendría entonces trece años cuando me masturbaba lo llamaba " el rascapichas" no sabía lo que era una paja, nunca tuve educación sexual ni en el colegio ni en mi casa y pensaba que yo era el único en el mundo que sabía que si te tocabas la picha mucho rato te daba gusto, no sabía ni cómo se tenían los niños en este mundo ni por qué las mujeres se quedaban embarazadas y ya tenía trece años y cuando les pregunté a mis padres que cómo se hacían los bebés porque no entendía cómo es que las mujeres se pusieran gordas y luego naciera un niño, mi madre le dijo a mi padre que no me lo explicara todavía, que era demasiado pronto. Iba a cumplir catorce años.