Nueve de septiembre: Bulgaria. Putin había elaborado un calendario diciendo qué capital europea iba a ser bombardeada y en qué día en represalia a algo que había sufrido Rusia pero igual no. Yo estaba en la plaza mayor de Madrid de madrugada cuando vimos todos llegar el misil e impactar contra unos cines que parecían unos castillos amarillos. Que supiéramos el día en que Madrid iba a ser atacada por Rusia no quitaba interés al asunto porque estando en la lista el ataque podría ser nuclear y hasta ahora había sido convencional.
"Que vayan a la guerra los inmigrantes" gritó un señor " Calla, Frankenstein" respondió un inmigrante. Frankenstein es como llamaban los inmigrantes moros o negros a los blancos desde que en Suecia un niño negro matara a un niño blanco creyendo que era Frankenstein ( todavía no ha pasado pero pasará, videncia) y desde entonces los inmigrantes llaman a los europeos blancos Frankenstein peyorativamente.
Era el mes de agosto del 2026, yo estaba en Madrid viviendo porque trabajaba para la industria cinematográfica. Putin en represalia de algo ( pero a lo mejor no) había hecho un calendario avisando qué ciudades europeas iba a bombardear, vi muy claro que el nueve de septiembre bombardeaba Bulgaria y debía ser finales de agosto y yo estaba en Madrid en la plaza mayor en una fiesta y en un concierto porque sabía todo el mundo que era el día que Madrid sería atacada pero nos impresionó a todos igual ver caer el misil hacia el objetivo, era todo simplemente una advertencia para que Europa no fuera a la guerra contra Rusia pero el órdago de Putin era que alguno de los misiles lanzados pudiera tener carga nuclear.
Estaba todo el mundo borracho pero me llamó la atención que se hubiera puesto fin al edadismo: hombres cincuentones estaban con veinteañeras y treintañeras. Me llamó la atención ver a un ejecutivo cuarentón con una chica de veinticinco años muy apasionados el uno por el otro, la mujer parecía tener cierto nivel también.
Debía ser el futuro porque yo seguía sin jalarme un rosco pero había dejado de beber o me estaba tomando otra cosa.
Estaban los hombres muy alterados. Vi a unos sesentones con pinta de ejecutivos colocados de algo con unas treintañetas también del tipo oficinista tiradas por el suelo también aunque ellas controlando. Vi que la reacción conservadora había pasado ya en España y que había cierto libertinaje, pero la virilidad exhuberante que exhibían los hombres ahora incluso los de edad creo que se debía a una química, habría preparados o medicinas para vigorizar al género masculino y venía todo porque se había acabado el edadismo y se había normalizado que los hombres mayores estuvieran con mujeres mucho más jóvenes para lo cuál la industria farmacéutica debía de estar haciendo un gran negocio ( Videncia) con afrodisíacos, vitaminas o estimulantes, parecía que alguno quisiera aprovechar sus últimos días sobre la tierra.
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