Vistas de página en total

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Japón bajo las aguas.

Estaba yo con mi amiga Maka y su novio en la playa de vacaciones y tenemos que ir a una fiesta que cuesta mil pesetas pero el novio de Maka me quiere cobrar a mí cinco mil, al mismo tiempo hay una tarada que se viste como Doble Eme para seducirme, la pobre mujer me daba mucha pena pero el mensaje del cosmos es que yo tendría que ser mucho más humilde. El caso es que me debía de haber quedado gilipollas porque la allegada mayor me pone en un hotel un asistente personal y unas mujeres vienen a ducharme desnudo y a mí se me ponía dura y las chicas se tuvieron que meter vestidas en la bañera y una llevaba un cinturón de roquer que me hace mucha gracia y pongo mis manos ahí, el caso es que Mara y Maka estaban fatal poniendo velas a santitas y todo éso pero yo sabía que junto a Doble Eme se iban a volver todas muy osadas, cuando llego a la habitación del hotel mi primo me pide disculpas porque en mi cama ahora está un amigo suyo que era una persona muy famosa y yo por no dormir en el suelo toda la noche pensando con una luz pequeñita y bastante harto de todo, la verdad.

Me había salido pelo pero era blanco y voy a teñírmelo en una tienda con mis primas y luego ceno con ellas y las digo que llevo diez años sin hacer el amor y entonces una de ellas me dice que es mentira porque ayer me acosté con una señora, el caso es que yo no me podía acordar de nada, era grande y vestía de negro, poco más pero lo peor fue recordar que el novio de Maka la prostituía por 5000 pesetas y cuando llegó Maka la faltaba un brazo.

Creo que la mujer de negro era Roimans pero sólo me llamaba para que la diera cinco millones de euros porque pensaba que iba a ser rico.

Sacaba mi camisa marrón de mi bota que me estaba molestando caminando mucho por la calle, realmente le había dicho a Chuko que lo que pensaba él de que todos tendríamos que pasar de todos no me parecía bien, cogí un autobús y había una mujer que acogía a los grupos y que era la camarera de ayer, hablo con ella y en un momento dado la digo que nos podríamos casar, el caso es que sigo andando solo, primero por Casites Blanques tras un desacuerdo con la panda de amigos presente y luego por ciudades de Castilla y León, me sentía muy fortalecido, quería reafirmarme.

Ahora que Japón había desaparecido y se había hundido completamente en el mar, recordaba que yo ésto ya lo había intuido en los años noventa en una visión que titulé "Japón bajo las aguas" y que luego fue un poema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario